Comunicación: Circo, Maroma y Teatro

Una empresa o un comunicador que se conforma con ofrecerle a su auditorio basura televisiva como "Laura en América" o "Sabadazo", o que manipula de manera descarada la información para favorecer intereses particulares, definitivamente no tiene un compromiso real con su público, por el contrario, alimenta su pasividad e ignorancia para mantener su status y dominio en el raiting.
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"Si llegaron aquí pensando que esto es el Centro de Capacitación de Televisa, o que van a ser actores o cantantes, se equivocaron de lugar y ahí está la puerta", esa fue la primera frase que escuché de un maestro (Manuel Ortiz Marín) en mi primer día de clases en la Universidad... en la actualidad esto parece que se olvidó, junto con el espíritu crítico y de análisis de los estudiantes.

Primera caída.

Para ser sinceros, sigo poco la televisión, la radio o los periódicos en México, a pesar de que mi vida diaria gira prácticamente en su totalidad alrededor de la comunicación, salvo contadas excepciones, encuentro pocos motivos para creer que en nuestro país tenemos Medios de Comunicación competitivos en cuanto a sus contenidos.

El análisis, la crítica constructiva y de fondo, así como el compromiso social, han ido desapareciendo, si es que en algún momento existieron, de los Medios de Comunicación en nuestro país. La falta de credibilidad es una constante, pero no solo de la sociedad hacia los comunicadores, sino también de los monopolios de comunicación hacia la sociedad.

Una empresa o un comunicador que se conforma con ofrecerle a su auditorio basura televisiva como "Laura en América" o "Sabadazo", o que manipula de manera descarada la información para favorecer intereses particulares, definitivamente no tiene un compromiso real con su público, por el contrario, alimenta su pasividad e ignorancia para mantener su status y dominio en el raiting.

Luego de que el mundo se olvidó de las sentencias apocalípticas de los mayas, la sociedad ha seguido su curso, quizá sin entender que más allá del fanatismo y los ingresos millonarios que generó la idea de que la civilización acabaría, la posibilidad de que algo termine, puede ser interpretado también como un nuevo comienzo u oportunidad de cambio.

Vale la pena entonces preguntarnos si en este 2013 existe alguna posibilidad de mejora de contenidos en los Medios de Comunicación, con respecto a lo que observamos en 2012 y años anteriores.

El cambio en la comunicación, lleva años generándose, y es la tecnología la que está haciendo posible que la información deje de ser propiedad de unos cuantos. Lo curioso es que parece que serán los propios Medios de Comunicación tradicionales y sus comunicadores, los últimos en darse cuenta que están siendo rebasados por las expectativas de una sociedad, no propiamente más pensante, pero si más curiosa.

Segunda caída.

El concepto de Piensa en Pequeño aplica a esta nueva realidad, en la cual, la noticia, la información, la frase o el encabezado, no surge de una oficina de redacción, sino de cualquiera de nosotros con acceso a internet desde nuestro teléfono o computadora.

Esa masa que era considerada en los modelos de comunicación tradicionales como el receptor, ahora es un Medio de Comunicación en potencia con la capacidad de convertir una frase o un hecho en Trending Topic, o de transformarse en un fenómeno de Youtube o Facebook.

Esta apertura tiene sus pros y contras como todo, por una parte, se "democratiza" la posibilidad de generar información, pero por otra parte se crea una especie de "tormenta perfecta" en la que se mueve con rapidez la especulación, el libertinaje, la ofensa anónima, la superficialidad y la falta de comprobación e investigación de los hechos.

Lo anterior es ya una realidad y no tiene porqué espantarnos, pero si debe ponernos a pensar que la condición actual de los contenidos en los Medios no es porque la sociedad pida a gritos que le llenen de basura la mente, sino porque hay definitivamente una imposición, en muchos casos grosera, sobre las opciones que se tienen para ver, escuchar o leer.

Colocarse frente a un micrófono para desgarrarse las vestiduras y jurarse como el apóstol de la verdad y la justicia, sinceramente es un truco barato y pasado de moda; toda empresa tiene una postura ideológica y política que lleva a la práctica diariamente. En Estados Unidos, Medios prestigiados se pronuncian abiertamente en cuanto a diversos temas, incluyendo la política, y no pasa nada porque las cartas están sobre la mesa y el público sabe lo que está consumiendo.

Pero en México todavía hay quienes pretenden hacer de "la verdad" un traje a la medida del cheque; si pagas te publico, si no pagas no existes; si pagas eres Dios, si no pagas reza por tu reputación. Esto es decisión de cada empresa y tienen la libertad de poner sus condiciones, el punto es que esa postura debería ser pública para no engañar a quien consume sus contenidos.

Tercera caída.

El hecho de que hoy cualquier persona tenga la posibilidad de ser un comunicador en potencia, de ninguna manera lo hace capaz para serlo, siempre necesitaremos a una persona o empresa profesional que tenga el suficiente criterio y experiencia para comunicar de la mejor manera a los demás.

Ser un profesional de la comunicación es tan importante como ser doctor o ingeniero, y no cualquiera puede realizar una operación para salvar una vida, o construir un edificio lo suficientemente seguro como para que no caiga al primer temblor. Eso no se aprende en internet.

La comunicación es una profesión de interés público y quienes la ejercen a un grado profesional, aunque pudiera parecer exagerado, deberían pasar por exámenes similares a los de control de confianza que se aplican a quienes desean ser policías, porque a ese nivel se encuentra la responsabilidad de comunicar ante miles o millones de personas.

Por el contrario, en la actualidad parece que se ha confundido la posición del comunicador, convirtiéndolo en comediante, modelo, actor o símbolo sexual; cada persona es libre de decidir la forma en que desempeñará su labor, sea cantante, payaso, maestro, arquitecto o comunicador, pero lo que si no se puede aceptar es que lo haga mal y que pretenda representar al mismo tiempo conceptos opuestos.

La comunicación merece respeto y esto es una afirmación no solo para quien haya estudiado esta carrera en la Universidad, sino para cualquier persona que hoy en día la ejerza; una palabra, una frase o un gesto pueden cambiar el sentido de un acontecimiento, no hay tarea pequeña en la comunicación, y es que vaya, hasta para dar el reporte del clima se necesita preparación.

Se trata pues de trabajar y esforzarse con pasión para ser el mejor en lo que se hace y hasta en el más mínimo detalle. Si nos quejamos de los contenidos huecos, de los comentarios tendenciosos, de las publicaciones amarillistas, la única forma de cambiar las cosas es cambiando nuestra forma de comunicar.

La comunicación es como la lucha libre, hay quienes comunican "enmascarados", se creen analistas y líderes de opinión pero ocultan su verdadera personalidad, otros son rudos y utilizan los Medios para golpear y golpear, otros son más técnicos, y hasta uno que otro exótico nos podemos encontrar, pero al final la comunicación tiene también algo de circo, maroma y teatro, y solo aquellos que más se acercan a la realidad y lo transmiten a su público son los que triunfan verdaderamente.

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