Los mexicanos en el extranjero ausentes en el debate

Es inconcebible que la clase política mexicana continúe ignorando y despreciando a millones de mexicanos cuyas remesas han impedido que en México haya el doble de pobreza.
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Ninguno de los cuatro candidatos a la presidencia de México mencionó a los 10 millones de mexicanos que vivimos en el extranjero durante el debate de dos horas que se llevó a cabo anoche en la Ciudad de México.

La candidata del Partido de Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota, hizo referencia al principio a los migrantes, pero hasta ahí llegó el tema. Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Andrés Manuel López Obrador del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Gabriel Quadri del Partido Nueva Alianza (PANAL) y la propia Vázquez Mota se olvidaron de dedicar una oración o frase --mucho menos una reflexión-- a los millones de mexicanos en el extranjero. Obviamente no existimos para los políticos mexicanos.

El debate estuvo organizado por el instituto Federal Electoral (IFE), encargado de realizar las próximas elecciones presidenciales del 1 de julio y la autoridad responsable de promover el voto de los mexicanos en el extranjero. A nadie en el IFE, cuyos funcionarios se han paseado por años en Estados Unidos pidiéndole a los paisanos que se registren para votar, se le ocurrió incluir una sola pregunta --una sola-- respecto a qué piensan los candidatos sobre la migración a Estados Unidos y por qué el 10 por ciento del país tuvo que irse al norte.

El IFE ha pasado casi seis años y gastado millones de dólares en la promoción del voto de los mexicanos en el extranjero, pero no tuvo el tino de incluir en el debate el tema de los migrantes. Tristemente pusieron más atención en contratar a una joven modelo como edecán que iba vestida como si se tratara de un evento de lucha libre en lugar de un foro del que saldrá el próximo presidente de México.

Es inconcebible que la clase política mexicana continúe ignorando y despreciando a millones de mexicanos cuyas remesas han impedido que en México haya el doble de pobreza. Esos mexicanos que hemos sido llamado "héroes" por los mismos políticos, en realidad, sólo importamos cuando se trata del dinero que enviamos y de la aportación que hacemos a nuestra comunidades en proyectos de desarrollo económico y social; sin los cuales hace tiempo que México sería un país de cuarta categoría.

La contribución de los mexicanos en Estados Unidos a la economía mexicana ha sido vital. México ocupa el tercer lugar entre los países que más remesas reciben del extranjero; la mayor parte proveniente de Estados Unidos. Hasta julio de 2011, las remesas que México recibió de los connacionales que laboran en este país fueron 106 mil 717 millones de dólares. México se ubicó en tercer lugar mundial como receptor de remesas, sólo por debajo de la India y China.

El voto en el extranjero es un derecho constitucional por el que mexicanos a ambos lados de la frontera lucharon por años. Las elecciones presidenciales del 2006 marcaron la primera ocasión en que los mexicanos en el extranjero votaron. Se crearon altas expectativas de participación debido a los millones de mexicanos que radicamos fuera del país; la mayoría en Estados Unidos.

Sin embargo, la participación fue lamentable. Sólo se emitieron poco más de 30 mil votos, lo que provocó airadas críticas en México ya que los gastos en los que incurrió el IFE para organizar y promover el voto foráneo fueron demasiado elevados para la participación que se obtuvo.

El bajo número de votos se debió en gran medida a lo engorroso y apresurado del proceso para registrarse. Había que enviar un comprobante de residencia, llenar demasiadas formas y pagar el envío.

Ante la poca participación, las organizaciones de oriundos insistieron que se hicieran cambios en el proceso de registro e impulsaron la credencialización en el extranjero. El IFE hizo modificaciones para facilitar el proceso de inscripción. Sin embargo, el Congreso no ha aprobado una reforma que permita a los mexicanos en el exterior obtener su credencial de elector en el lugar donde radican.

"No se aprobó el empadronamiento en el extranjero porque los migrantes están devaluados políticamente para el Presidente, el Congreso y la autoridad electoral", me dijo Raúl Ross Pineda, activista mexicano radicado en Chicago y uno de los principales actores en la lucha por el voto en el extranjero.

"Están conformes con una ley que hace que el voto desde el extranjero sea numéricamente simbólico para luego decir que hay pocos votos por falta de interés de los migrantes", añadió Ross Pineda.

Ese desprecio quedó demostrado en el debate de anoche. Eso explica por qué la participación de los mexicanos en el extranjero en estas elecciones sigue siendo muy baja. Sólo poco más de 60 mil mexicanos se registraron para votar de un universo de unos cuatro millones.

Sin embargo, el problema no es sólo el IFE. Los cuatro candidatos tuvieron la oportunidad de hablar de los mexicanos en el extranjero al contestar preguntas sobre desarrollo económico, pobreza, seguridad. Pobreza e inseguridad son las principales razones por las que millones de mexicanos abandonaron su país.

Por los menos dos de los candidatos han viajado varias veces a Estados Unidos para reunirse con sus paisanos. No hay excusa para que, al presentar sus propuestas, los candidatos se olvidaran de un segmento tan importante de la población del país.

Ignorados y despreciados nuevamente. Quizá el poeta Javier Sicilia tenga razón al convocar a votar en blanco... también desde el extranjero.

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