Ciudadanía: ¿requisito para una reforma migratoria?

El dato es contundente. Sólo 36% de los inmigrantes mexicanos elegibles a serlo son ciudadanos estadounidenses. La cifra es alarmante cuando se compara con el 68% de inmigrantes provenientes de otros países. Millones de inmigrantes indocumentados mexicanos podrían estar interesados sólo en un permiso de trabajo.
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NEWARK, NJ - JANUARY 28: New American citizens take photos following a naturalization ceremony at the district office of U.S. Citizenship and Immigration Services (USCIS) on January 28, 2013 in Newark, New Jersey. Some 38,000 immigrants became U.S. citizens at the Newark office alone in 2012. (Photo by John Moore/Getty Images)
NEWARK, NJ - JANUARY 28: New American citizens take photos following a naturalization ceremony at the district office of U.S. Citizenship and Immigration Services (USCIS) on January 28, 2013 in Newark, New Jersey. Some 38,000 immigrants became U.S. citizens at the Newark office alone in 2012. (Photo by John Moore/Getty Images)

El dato es contundente. Sólo 36% de los inmigrantes mexicanos elegibles a serlo son ciudadanos estadounidenses. La cifra es alarmante cuando se compara con el 68% de inmigrantes provenientes de otros países.

Un reciente reporte del Pew Hispanic Center revela que dos tercios de los 5.4 millones de inmigrantes mexicanos elegibles no han emprendido el camino hacia la ciudadanía estadounidense. Su índice de naturalización (36%) es sólo la mitad del de los inmigrantes de otras nacionalidades. El reporte se basa en datos de la Oficina del Censo.

Es un dato revelador y preocupante. Por años se ha concluido que la columna vertebral de una reforma migratoria es una ruta a la ciudadanía. Sin embargo, dos tercios de los inmigrantes mexicanos que ya son elegibles para la ciudadanía optan por permanecer siendo residentes legales.

Esta realidad tiene consecuencias enormes y debe ser tomada en cuenta por legisladores y organizaciones que abogan por una reforma migratoria integral. De los 11 millones de indocumentados, el 55 por ciento son mexicanos que podrían no estar interesados en hacerse ciudadanos.

Los esfuerzos por promover la ciudadanía han sido cada vez más numerosos en todo el país. Sin embargo, la realidad permanece que dos tercios de los mexicanos elegibles deciden no adoptar la ciudadanía estadounidense.

Siempre se ha sostenido que los esfuerzos por impulsar la ciudadanía chocan contra los costos, la carencia de cursos accesibles, la falta de conocimientos de inglés de los solicitantes potencial y otros obstáculos. Poco se habla de la resistencia histórica de parte de muchos mexicanos a adoptar la ciudadanía norteamericana. A pesar de los beneficios que representa ser ciudadano, muchos inmigrantes mexicanos se resisten a adoptar la ciudadanía estadounidense optando por permanecer por años como residentes permanentes.

El problema no es nuevo. El gobierno de México optó hace años por implementar el concepto de la no pérdida de la nacionalidad. Los mexicanos que se hacen ciudadanos estadounidenses no pierden sus derechos como mexicanos tales como votar en su país y poder comprar propiedades. La medida está dirigida a fomentar precisamente la ciudanía estadounidense de mexicanos elegibles.

Otros países aceptan la doble nacionalidad lo que permite a inmigrantes hacerse ciudadanos estadounidenses sin tener que renunciar a su nacionalidad original.

La realidad que expone el reporte del Hispanic Pew Center tiene enormes implicaciones respecto a una posible reforma migratoria. El camino a la ciudadanía estadounidense podría ser un ideal que no se apega a la realidad de millones de inmigrantes mexicanos que optan por tener un permiso para trabajar y visitar a sus familiares en México.

El reporte toca un nervio muy sensible. El hecho es que un gran porcentaje de los inmigrantes mexicanos simplemente no quieren adoptar la ciudadanía estadounidense. Son inmigrantes que vinieron a este país por razones económicas. La tarjeta verde les permite trabajar y visitar a sus familiares en México. No necesariamente buscan adoptar una nueva nacionalidad.

La propuesta bipartidista del Senado para una reforma migratoria contempla una ruta a la ciudadanía. El presidente Barack Obama ha dicho que cualquier iniciativa para reformar el sistema obsoleto de inmigración debe permitir una forma para que los 11 millones de indocumentados se hagan ciudadanos.

Las organizaciones pro inmigrantes han aplaudido estos esfuerzos. Por su parte, los republicanos de la Cámara Baja parecen estar dispuestos a contemplar estas propuestas, pero han expresado reservas para otorgar una ruta a la ciudadanía.

El hecho de que 5.4 millones de inmigrantes mexicanos elegibles no han emprendido el camino hacia la ciudadanía debe ser considerado por ambas partes. La fórmula que deban seguir los indocumentados para obtener la ciudadanía no debería convertirse en el obstáculo que impida una reforma migratoria. Una propuesta viable debería contemplar la opción de permanecer como residentes legales para aquellos inmigrantes elegibles que así lo decidan.

Ambos partidos y las organizaciones pro inmigrantes deben aceptar la realidad de que millones de mexicanos indocumentados quizá no estén interesados en adoptar la ciudadanía estadounidense. Un permiso que les permita trabajar y viajar es lo que buscan. En el fondo, quieren seguir siendo plenamente mexicanos.

Obviamente no hacerse ciudadano significa no tener el derecho a votar y ser votado. Los residentes permanentes quedan al margen de la vida política. Por ello organizaciones pro inmigrantes han siempre impulsado la ciudadanía.

Sin embargo, como lo demuestra el reporte del Hispanic Pew Center, millones de inmigrantes indocumentados mexicanos podrían estar interesados sólo en un permiso de trabajo. No buscan necesariamente emprender la ruta hacia la ciudadanía estadounidense.

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