Una ruta a la ciudadanía para los Dreamers

Debemos reconocer el alto nivel de organización de estos jóvenes que no se dieron por vencidos tras la derrota del Dream Act a finales de 2010. Los Dreamers han construido un movimiento nacional haciendo uso de las redes sociales incluso antes que los jóvenes egipcios iniciarán su revolución pacífica.
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Arianna Salgado es uno de los 800,000 jóvenes que se beneficiarían con el alivio administrativo que el presidente Barack Obama anunció hace una semana y que impediría la deportación de los llamados Dreamers.

A sus 19 años, Arianna es una veterana de la lucha nacional por el Dream Act. Pronunció un emotivo discurso durante la ceremonia de la firma del Dream Act de Illinois en agosto de 2011. Esa legislación permite a los estudiantes indocumentados estudiar en las universidades del estado y acceder a financiamiento proveniente de un fondo privado. Ese memorable día, Arianna estuvo sentada entre el gobernador de Illinois, Pat Quinn, y el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel.

Acaba de concluir su primer año de estudios en la Dominican University, una institución de estudios superiores localizada en las afueras de Chicago donde es becaria, y continúa participando en el movimiento por una reforma migratoria.

Recuerdo haberla visto en un mitin en la Plaza Federal, en el centro de esta ciudad, cuando declaró valientemente junto con una veintena de jóvenes indocumentados: "Soy indocumentada, no tengo miedo y no pido disculpas".

También estuvo entre el grupo de manifestantes que fueron arrestados en una protesta contra el programa Comunidades Seguras a finales de agosto de 2011 cuando bloquearon el acceso a una rampa que conecta a la vía rápida I-94.

Arianna ingresó ilegalmente a Estados Unidos con su madre cuando tenía seis años. Su familia es originaria de Morelos, México. Se enteró que es indocumentada escuchando hablar al respecto a su madre con otros familiares. Ha vivido en Chicago desde entonces.

La joven cumple con los requisitos del alivio administrativo que impediría la deportación de aquellas personas que ingresaron ilegalmente al país cuando eran niños, son menores de 30 años, no representan un riesgo a la seguridad nacional o pública, cursaron la preparatoria o el GED o sirvieron en las Fuerzas Armadas.

Tras la noticia del alivio administrativo, Arianna afirmó que si bien es un paso positivo que beneficiaría a miles de inmigrantes, los Dreamers continuarán luchando por el Dream Act y una reforma migratoria integral.

"Vamos a seguir luchando hasta que se apruebe una reforma a la ley de inmigración que incluya una ruta a la ciudadanía para millones de indocumentados que contribuyen con su trabajo a este país", señaló Arianna.

El presidente Obama, el candidato republicano Mitt Romney y el Congreso se deben poner en los zapatos de Arianna. Su caso es similar a miles de Dreamers. El alivio administrativo le quitaría un peso de encima al eliminar el riesgo de ser deportada y le otorgaría un permiso para trabajar tras recibirse de la universidad.

Sin embargo, no puede aspirar a obtener los papeles que la harían lo que ya de hecho es: una joven estadounidense con un enorme potencial de contribuir al país. En el mejor de los casos, podrá desarrollarse profesionalmente, pero continuaría viviendo en un limbo legal bajo el riesgo de que el próximo presidente revoque la medida que adoptó Obama.

A meses de las elecciones, Obama optó por beneficiar a miles de Dreamers para conseguir votos entre los latinos. Sin embargo, también tuvo mucho que ver la lucha sin cuartel que emprendieron los Dreamers y sus aliados entre las organizaciones comunitarias, políticos, religiosos, rectores de universidades y oficiales de policía.

Debemos reconocer el alto nivel de organización de estos jóvenes que no se dieron por vencidos tras la derrota del Dream Act a finales de 2010. Los Dreamers han construido un movimiento nacional haciendo uso de las redes sociales incluso antes que los jóvenes egipcios iniciarán su revolución pacífica.

Arianna y otros Dreamers coinciden en que seguirán presionando a la Casa Blanca y al Congreso hasta que se reforme el sistema obsoleto de inmigración que incluya una ruta a la ciudadanía para millones de indocumentados.

Arianna y sus compañeros Dreamers se han ganado el derecho a ser ciudadanos.

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