Los grandes ganadores del Oscar: Los Sueños

No es solo glamour, luces y arte, la noche de los Oscars siempre dejan momentos inolvidables. A la hora de aceptar premiaciones, los actores se quitan las envolturas y muestran su verdadera esencia: Ese chico que una vez soñó con llegar a Hollywood en un pobre barrio de EE.UU. o esa niña que en contra de cualquier estereotipo o brecha social, quería ser parte del salón de la fama de Hollywood.
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oscars backstage
No es solo glamour, luces y arte, la noche de los Oscars siempre dejan momentos inolvidables. A la hora de aceptar premiaciones, los actores se quitan las envolturas y muestran su verdadera esencia: Ese chico que una vez soñó con llegar a Hollywood en un pobre barrio de EE.UU. o esa niña que en contra de cualquier estereotipo o brecha social, quería ser parte del salón de la fama de Hollywood.

Jared Leto, Lupita Nyong'o y sobretodo Matthew McConaughey se llevan el Oscar por los discursos más emotivos de la noche.

Me sentí profundamente conmovida por el discurso de Matthew McConaughey. Al llegar al escenario comparte con la audiencia entre nervios y risas que necesita "tres cosas todos los días para vivir": Algo que admirar, algo que desear y algo que perseguir.

Cuando habló de admiración, McConaughey le agradeció a Dios porque es a Él a quién admira.

"Él ha aparecido en mi vida con oportunidades, que sé no son de este mundo. Él me ha demostrado que es un hecho científico que la gratitud trae reciprocidad".

Cuando habló de algo que desear o esperar, mencionó a su familia: Su madre, padre, tres hijos y esposa... pero el momento más interesante llegó cuando le agradeció a su héroe, a esa persona que él persigue. Irónicamente a sí mismo.


"Una persona muy importante en mi vida un día me preguntó: '¿Quién es tu héroe?' y yo le dije: 'No sé, tengo que pensar en eso, dame un par de semanas'.

"Él regresa dos semanas más tarde y me pregunta nuevamente: '¿Quién es tu héroe?' y le dije: '¿Sabes quién es?, soy yo en 10 años'. Diez años más tarde, esa misma persona me preguntó si ya era un héroe y le dije: 'No, no, no no estoy ni cerca'. Ahora sé que no voy a alcanzar ese sueño y eso está bien conmigo porque me mantiene persiguiendo la mejor versión de mi".

Y con una voz quebrantada, baja del escenario con luz en sus ojos, esa misma que tenía cuando soñaba ser héroe.

De la misma manera y con el mismo tono de voz, Lupita Nyong'o, una actriz revelación que gracias a su papel de Patsey en 12 años de esclavitud, alcanzó la estatuilla como "Mejor actriz de reparto", conquistó a los presentes al recordarnos que "no importa de dónde vengas, tus sueños son válidos".

Los sueños no quedaron ahí.

Jared Leto, ganador del Oscar como "Mejor actor de reparto" no pasó por alto a quienes llamó "los soñadores de Ucrania y Venezuela".

"Quiero decirles que estamos aquí mientras ustedes luchan para que sus sueños se hagan realidad, para vivir lo imposible, estamos pensando en ustedes".

Su discurso al igual que el de McConaughey y Nyong'o fué breve pero al clavo. Dejó bien claro, cómo su madre salió adelante con dos niños, siempre inculcando valores necesarios para luchar por sus sueños.

Así que al escuchar estos discursos, que traen aires de esperanza a millones de soñadores en Venezuela, Ucrania y colegios de actuación y universidades en el mundo, tuve que analizar cuáles son esas "tres cosas" que necesito todos los días.

Admiro a los soñadores, a esas personas que como Michael Jordan, Albert Einstein, Los Beatles y Oprah hicieron una diferencia en el mundo porque supieron usar a su favor el rechazo.

Admiro a gente que aprende que si una puerta se cierra, una ventana se abre y que no importa de dónde vengas, tus sueños son válidos.

La otra cosa que necesito en mi vida es ver a los que más quiero con una sonrisa en su rostro. A mi pareja, a mi madre, padre y hermana, darles orgullo cada día y saber que en su vida hay felicidad.

Por último, lo que necesito perseguir, es totalmente lo opuesto de Matthew Mcconaughey: Perseguiré de por vida la jóven soñadora de La Guaira Venezuela que no veía el cielo como límite.

Perseguiré esa inocencia de mi niñez porque no quiero perder mi esencia. Quiero seguir persiguiendo mis sueños con ese mismo ímpetu, tenacidad y positivismo que he tenido por varios años, sin que mis "años" me cambien mi sonrisa.

¿Y tú? Seas de Venezuela, Ucrania, EEUU o cualquier otro país: ¿Cuáles son esas tres cosas que necesitas para vivir?

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