Algo que, como hombres, debemos saber sobre 50 Sombras de Grey

Y no es que esté en contra del sexo sadomasoquista. Digo que el sexo (por tanto, la relación de pareja) no tiene, no merece, ser un acto de misoginia, de control y de abuso de la otra. No estoy en contra de algo de
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.
Jamie Dornan and Dakota Johnson attend a special fan screening of "Fifty Shades of Grey" hosted by The Today Show at the Ziegfeld Theatre on Friday, Feb. 6, 2015, in New York. (Photo by Charles Sykes/Invision/AP)
Jamie Dornan and Dakota Johnson attend a special fan screening of "Fifty Shades of Grey" hosted by The Today Show at the Ziegfeld Theatre on Friday, Feb. 6, 2015, in New York. (Photo by Charles Sykes/Invision/AP)

Ya he dicho esto antes, pero desde niño las películas me dijeron que para ser hombre, debía seguir los patrones del príncipe azul. Y esos modelos venían con las películas de Disney. Yo escogí al príncipe Felipe. Un tipo rubio, guapo, valiente, con buen caballo, hábil para pelear y sí, millonario (supongo que lo era, digo, era un príncipe). Se me dijo que las relaciones amorosas se basaban en encontrar y rescatar a mi princesa, la cual en lo sucesivo debía ser rubia, bonita, de preferencia con linda voz, y lo suficientemente tonta (nótese la falta de aptitudes y habilidades) como para obligar las circunstancias a un rescate por parte de mí, el susodicho salvador.

Como es evidente, al crecer, la realidad me golpeó en la cara. Ni rubio, ni guapo, ni millonario, ni córcel (¿Auto de lujo?), ni necesariamente valiente, al menos no en el grado de ir a enfrenar dragones por desconocidas sin mayor argumento "el deber ser". Es decir que de acuerdo a los cánones principescos de los cuentos de hadas, disto de ser un verdadero hombre, un príncipe azul.

Y aunque crecí, los estereotipos no cambiaron. Más aún, se fueron adaptando a mi edad. Primero fue Disney, y ahora puede ser Marvel, Paramount o cualquier cosa producida en Hollywood, en realidad.

Esto pasa con la película - antes libro-, 50 Sombras de Grey (Universal 2015). Une película cuya trama es de casi todo mundo conocida: la estudiante sumisa, inocente, callada (¿Princesa Aurora?) y sí, rubia o al menos muy blanca, Ana Steele, quien es presa de los encantos, audacias y recursos del, sí millonario, **Christian Grey. **

Quiero olvidarme de los errores fílmicos. La pésima adaptación, los encuadres de telenovela, las actuaciones forzadas, el guion forzado y la evidente apuesta al marketing para ocultar las deficiencias de una película que, tristemente, se posa como la de mejor ventas en lo que va del año. Bueno, dije que quería olvidarme de eso. En realidad, como hombre, hay cosas que me preocupan más que como periodista o consumidor de cine.

50 Sombras de Grey, sus estereotipos no me representan pic.twitter.com/UvZs4rPiaW

— buitre.press (@albertobuitre)
febrero 16, 2015

Cincuenta Sombras de Grey es un producto cultural de masas que refuerza los -malos- estereotipos de los príncipes de Disney. Los personajes crecieron. Y ahora para ser hombre-hombre, no basta ser guapo, adinerado o "valiente"; una vez conquistada, la princesa, hay que poseerla. Hay que adueñarse de su voluntad, acaparar todos sus espacios y traspasar los límites de la libertad. La relación se centra en mí, y es mi vida, y por lo tanto, mi placer, el motor de la pareja, y por tanto, del sexo. Para ser hombre hay que someter a la mujer. Para ser hombre, hay que demostrar que sus circunstancias me pertenecen.

Y no es que esté en contra del sexo sadomasoquista. Digo que el sexo (por tanto, la relación de pareja) no tiene, no merece, ser un acto de misoginia, de control y de abuso de la otra. No estoy en contra de algo de bondage. Disfruto como cualquiera dar o recibir unas nalgadas; ¿qué tal un par de mordidas, unas uñas rasgando la espalda?; pero como hombre, la violencia sexual no me representa. Ni la sexual, ni ninguna otra.

Esta película empuja a los hombres a participar de un estereotipo falso y violento. La crisis capitalista no da para ser millonario, ni serlo con el tiempo libre suficiente para acosar a una mujer, a menos que se esté al borde de la psicosis. Tengo una sola corbata y para comprarme otra - debido a que habría que ocuparla para someter sexualmente a mi pareja-, tendría que restar mi comida de tres días. El filme trata de vender una ilusión absurda.

Los hombres no somos, ni debemos ser, lo que Hollywwod nos muestra. El personaje de Christian Grey es estúpido. Y si alguien cree al respecto que es sólo un personaje de ficción cuya función es entretener satisfaciendo modelos aspiracionales, prefiero quedarme con tramas como las de Don Jon (Voltage, 2013) ¿La vieron? Un sujeto de clase media, de unos 30 años de edad, adicto a la pornografía e incapaz de sostener relaciones humanas serias, quien de pronto encuentra respuestas donde creyó no las había. La recomiendo.

Hollywood y en general todas las industrias culturales en cualquier parte del mundo, deberían ofrecernos a los hombres espejos reales donde mirarnos. Que nos digan que podemos ser personas auténticas, sin estar presos de los roles impuestos por el género. Que "el príncipe azul no existe", no es un discurso sólo para las mujeres; sino algo que nosotros también tenemos derecho a descubrir y reconocer, para dejar de comportarnos como un estereotipo de cine que, frente a la cruda verdad, nos hace quedar como pendejos. El problema es que, en el intento por alcanzar ese modelo, los hombres andamos el camino, frustrados e infelices porque no somos ni rubios, ni guapos, ni valientes (violentos), ni tenemos corcel, o lo que sea en sus diversas variantes. Y es peligroso, porque en el afán de "ser hombre", creemos que las mujeres son para "salvar" y poseerse.

Al carajo con todo eso. Al carajo con el príncipe Felipe y con Christian Grey. Sus estereotipos no me representan.

Dakota Johnson y Jamie Dornan

Popular in the Community

Close

What's Hot