Buenos días, ¿la guerra fría terminó?

La USAID -agencia dependiente del Departamento de Estado- ha invertido más de 2 mil 300 millones de dólares en acciones que han intentado desestabilizar al gobierno cubano desde 1990.
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A mural of Fidel Castro playing baseball decorates a wall at the Latin American baseball stadium in Havana, Cuba, late Thursday, Dec. 18, 2014. The announcement on Wednesday that the U.S. plans to restore diplomatic ties with the Caribbean nation could usher in a new era in U.S.-Cuba baseball relations, which were strained after the Castro revolution and the U.S.-led economic embargo. Castro banned professional sports in Cuba in 1962. (AP Photo/Ramon Espinosa)
A mural of Fidel Castro playing baseball decorates a wall at the Latin American baseball stadium in Havana, Cuba, late Thursday, Dec. 18, 2014. The announcement on Wednesday that the U.S. plans to restore diplomatic ties with the Caribbean nation could usher in a new era in U.S.-Cuba baseball relations, which were strained after the Castro revolution and the U.S.-led economic embargo. Castro banned professional sports in Cuba in 1962. (AP Photo/Ramon Espinosa)

La mano en el corazón, como recibiendo un disparo a mansalva, la senadora republicana Ileana Ros Lehtinen recibe la noticia de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Ros Lehtinen forma parte del triunvirato que desde a Miami dirigen el lobby anti cubano en el Congreso y la Casa Blanca, compuesto además por los también senadores Marco Rubio, republicano por la Florida y Bob Menendez, senador demócrata por New Jersey.

Son ellos, junto con una retahíla de personajes que van desde el fallecido Jorge Mas Canosa, el ex CÏA Luis Posada Carriles y el político Mario Díaz Balart, quienes han mantenido "secuestrada" la política entre Washington y La Habana por cuarenta años, según me lo definió así el Embajador cubano en México, Dagoberto Rodríguez Barrera.

Son ellos los primeros y últimos damnificados de este paso histórico. Y no es para menos. Se les acaba un negocio de más de 2 mil millones de dólares destinados a financiar operaciones de desestabilización contra Cuba.

Pero de ello ni un centavo ha rendido frutos, pues la Revolución Cubana aún gobierna la isla y más, ha reestablecido sus relaciones diplomáticas con su vecino del norte.

Dinero que salió de las arcas de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID). cuyo director, Rajiv Shah, anunció su renuncia al cargo tras saberse del restablecimiento de relaciones entre ambos países.

La USAID -agencia dependiente del Departamento de Estado- ha invertido más de 2 mil 300 millones de dólares en acciones que han intentado desestabilizar al gobierno cubano desde 1990, según información desclasificada de la Ley de Acceso a la Información en Estados Unidos (FOIA).

El presupuesto ha ido aumentando gradualmente. En 1999, apenas se destinaron 98 mil dólares, pero en este 2014, la USAID ha ocupado 17 millones de dólares.

Las actividades han sido diversas. Desde hacer explotar bombas en hoteles, hasta crear redes sociales de enganche, financiar grupos de hip hop, las Damas de Blanco, Yoani Sánchez, pagar periodistas contra cubanos, intentos de sabotaje y atentados fallidos contra Fidel Castro... ¿Resultado? Las cosas en Cuba marchan.

El problema es el bloqueo.

El embajador Rodríguez Barrera expuso a principios de año en una conferencia de prensa que los "daños totales" del Bloqueo o "Embargo" económico y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba desde 1960 ascienden ya a 116 mil 880 millones de dólares norteamericanos a precios corrientes, o a un 1 billón 112 mil 534 millones considerando la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional.

Pero el relanzamiento de las relaciones entre ambos países supone el levantamiento gradual de ese Bloqueo. Al menos, los capitales estadounidenses ya podrán operar en la isla y podremos ver en un futuro inmediato al apertura de Embajadas en ambos lados de a Florida.

No es para menos entonces, el enojo de la mafia de Miami. Pero tampoco es casualidad que Estados Unidos haya aceptado el restablecimiento de las relaciones.

Desde el año 2008, Washington atraviesa por una de sus peores crisis políticas y económicas, quizá, desde la depresión de 1939. La recesión de su economía -es decir, la nula capacidad de gasto y la interrupción de la producción interna-, ha obligado a la Casa Blanca a declararse en quiebra y suspender el pago de sus burócratas; ha liquidado las pensiones, sus empresas han cerrado y tiene tantas deudas que no le ha quedado más que pedir ayuda a China

Estados Unidos ya debe a Pekín más de mil millones de dólares de deuda, según agencias europeas, y está rematando ciudades enteras a donde los chinos están llegando a poblar. Un ejemplo de ello, Toledo, Ohio, donde pronto habría de fundarse "China City", según la revista Fortune, donde el gigante asiático tendrá el centro de sus operaciones financieras sobre los rieles de la pauperizada economía gringa.

También la crisis de su política exterior.

Aislado, Washington se ha visto obligado a callar ante los reclamos de Rusia y la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) respecto a sus acciones invasivas en Latinoamérica y Medio Oriente. En la ONU es abandonado a su suerte en las votaciones sobre el bloqueo a Cuba, con 188 votos por el fin del embargo, contra dos. A EE.UU. sólo le apoya Israel, su principal socio militar. Y la Unión Europea tiene tantos problemas que sólo se ocupa de sí misma.

Estados Unidos está solo y está débil. El reencuentro con Cuba es señal de ello. No tiene dinero ni fuerza para seguir haciéndose el mandamás del mundo. Ha sido derrotado en Ucrania, en Siria, en Corea y en Sudamérica. El mercado africano le pertenece a Europa y México no le es suficiente plato. El monstruo, arrodillado, está extendiendo la mano. De lo contrario, nada de la historia que hoy atestiguamos, ocurriría. Washington continuaría anclado a la guerra fría, dejando que el lobby compuesto por Ros Lehtinen, Menendez y Rubio siguieran apropiándose de la política estadounidense hacia la isla. Pero se ve obligado a recular. Ya no domina el mercado internacional, ha sucumbido ante el multilateralismo y tiene frente a si a Rusia y a China marcándole un alto en geopolítica. El fin del bloqueo está cerca.

Además, Estados Unidos enfrenta una crisis interna. Las protestas raciales en Ferguson y Nueva York apuntan al centro del conflicto, un sistema que no da respuestas. Sabe la plutocracia estadounidense que tras las manifestaciones civiles se encuentran las protestas anti-capitalistas. El mercado pierde dominio y nada sería más catastrófico para EE.UU. que parara la producción y la clase trabajadora perdiera total capacidad adquisitiva. Que crecieran las huelgas como las que han estado ocurriendo en el ramo de la comida rápida donde los trabajadores exigen un aumento del doble al salario mínimo. Que despertaran las conciencias. Que muriera el mito de sueño americano, y que se sepa del otro lado del muro de Berlín que occidente no tenía la razón.

En Twitter, @albertobuitre.

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