Carta a mis amigos colombianos

Utilizo el 'nos' no para ocultar mi extranjería de manera arrogante, sino un 'nos' consciente que si te jodían a ti, me jodían a mí de paso. Porque el proceso de paz que enfrentas significará cerrarle el paso a la injerencia gringa en los territorios latinoamericanos.
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El candidato presidencial por el Partido de la U, Juan Manuel Santos, saluda a sus seguidores este domingo 30 de mayo de 2010, en el evento en que celebró su triunfo en la primera vuelta, en su sede de campaña en Bogotá (Colombia). Santos, con el 46,57% de los votos, se quedó a un paso de la mayorÃa absoluta, por lo que se disputará la Presidencia de Colombia en una segunda vuelta con Antanas Mockus, quien logró el 21,48%. EFE
El candidato presidencial por el Partido de la U, Juan Manuel Santos, saluda a sus seguidores este domingo 30 de mayo de 2010, en el evento en que celebró su triunfo en la primera vuelta, en su sede de campaña en Bogotá (Colombia). Santos, con el 46,57% de los votos, se quedó a un paso de la mayorÃa absoluta, por lo que se disputará la Presidencia de Colombia en una segunda vuelta con Antanas Mockus, quien logró el 21,48%. EFE

No ha sido fácil conquistar una esperanza. Han sido 50 años. Diez mil presos políticos, más de 400 mil muertos, más de 200 mil desplazados. Y uno más de ellos cada día, en cualquier ciudad de tu extendido país.

Y sé también que esa esperanza no es garantía de nada. Apenas un respiro para seguir caminando, o corriendo; avanzando, dejando atrás la amenaza que pretendía sacarte del camino. Por ahora.

Porque el enemigo no está desfallecido ni mucho menos. Está ahí, vencido, asustado, lloriqueando; más tú y yo sabemos que quizá eso sea peor que soportarlo a la par, respirándonos en el cuello, sintiendo su baba caer en la carne porosa del calor de una marcha agitada. Cincuenta años caminando, corriendo, sin detenerse.

Utilizo el 'nos' no para ocultar mi extranjería de manera arrogante, sino un 'nos' consciente que si te jodían a ti, me jodían a mí de paso. Porque el proceso de paz que enfrentas significará cerrarle el paso a la injerencia gringa en los territorios latinoamericanos.

El fracaso del Plan Colombia, del Tratado de Libre Comercio; la inviabilidad de la Alianza del Pacífico y la urgencia de una América lejos de Washington, incluida la clase trabajadora estadounidense.

Porque esto no es de gobiernos sino de explotados. Claro que esto es tema de otro texto, pero si nosotros padecemos la rapiña imperial, cuanto más quienes padecen el primer círculo de expoliación de los monopolios.

Ha ganado Santos. Es decir, ha ganado el proceso de paz. Pero es el mismo presidente. El mismo de la Resolución 970 que prohíbe a los campesinos cosechar lo suyo, y sólo lo de Monsanto. El mismo responsable de los asesinatos de ocho agraristas durante el Paro Agrario del 2013. El de los 400 heridos, los 412 detenidos políticos y de las múltiples violaciones a los derechos humanos. El mismo Santos de siempre.

Pero este Santos algo te debe. No sólo haberse ganado con tu voto cuatro años más despachando desde la Casa Nariño. Te ha de deber su nombre inscrito en la historia, para bien o para mal. La bendita paz colombiana.

Que claro está, no vendrá con la firma de un papel. Ya sabes lo que pasó tras los acuerdos de La Uribe en los ochentas. Que dijeron que se podía hacer política abierta y mandaron asesinar a más de 4 mil de la Unión Patriótica. Con Belisario Betancur, el "pacifista".

Entonces de nada se puede fíar. Ni aún con tres de cinco puntos resueltos en la agenda de paz. Ni aún habiendo perdido las elecciones el candidato del terrorista Alvaro Uribe Velez . Ni aún sobre las promesas, que, se sabe, son como hojas de palma arrasadas por un huracán de mentiras.

Con una conferencia de prensa en un hotel del poblador de Hurdal, a las afueras de Oslo, Noruega en octubre del 2012, arrancaron los Diálogos de Paz entre la guerrilla de las FARC-EP y el Gobierno de Colombia que continúan en La Habana, Cuba, para tratar de poner fin a 50 años de conflicto armado en el país.

Con una conferencia de prensa en un hotel del poblador de Hurdal, a las afueras de Oslo, Noruega en octubre del 2012, arrancaron los Diálogos de Paz entre la guerrilla de las FARC-EP y el Gobierno de Colombia que continúan en La Habana, Cuba, para tratar de poner fin a 50 años de conflicto armado en el país. Foto: Agencias

Tú sabes, Laura, Gina, Pancho, Alejandro, Marco, y admirada Piedad. La paz es el pueblo, la Asamblea Constituyente, la segunda y definitiva Independencia. La paz es Bolívar. La que no viene de arriba sino se construye abajo y con las manos. La que ya haces en las calles y los potreros. Con los paperos del Catatumbo y los secundarios de Cali. Una paz sin Uribes, ni Santos, ni sangre.

Me encontré con Erasmo de Rotterdam, ese filósofo idealista que quiso revolucionar la teología: "La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa".

Y aunque no me siento tan cómodo con la idea, tomémoslo como simple tarea post electoral. Tomarás ventaja muy pronto. Hazlo. Que será también mi paz.

Colombia

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