Cuando en mayo el presidente Enrique Peña Nieto calificó a la corrupción en México como un "problema cultural", quizá hablaba por experiencia propia, pues el tráfico de influencias es la constante en su comportamiento.
A pesar de que en noviembre de 2014 a Peña le explotó un escándalo de proporciones mayúsculas por una mansión construida y financiada a su esposa, Angélica Rivera, por un empresario favorecido por sus gobiernos, en un claro conflicto de interés, el mandatario continúa en la misma tesitura gracias a la impunidad con la que ha librado los problemas. Así lo constata un reportaje que publica hoy The New York Times titulado "Lazos del presidente mexicano con contratista levantan cuestionamientos".
La nota firmada por Paulina Villegas y Frances Robes, documenta cómo el amigo personal de Peña Nieto, Juan Armando Hinojosa, pasó de ser un empresario con pequeños contratos gubernamentales hace unos años, a un magnate con ganancias que se cuentan en billones de dólares y su condición de "contratista favorito" del gobierno parece no tener fin.
Hinojosa es dueño de Grupo Higa, la empresa que construyó a pedido de boca de la pareja presidencial, una lujosa mansión en Las Lomas de Chapultepec. También es la que le vendió a coste cero otra residencia al Secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
En medio del escándalo por la vituperada mansión, Peña Nieto canceló la obra del tren rápido México - Querétaro de $3.7 billones de dólares, que también favorecía a su amigo. Sin embargo mantuvo la concesión a Grupo Higa de una carretera, cuyo presupuesto inicial era de $132 millones de dólares y ahora subió hasta $207 millones. Las empresas de Hinojosa están renovando el hangar presidencial en un proyecto de $127 millones. También tienen el 37% de la concesión para un enorme proyecto de un acueducto en Monterrey.
El diario neoyorquino reveló que Peña Nieto firmó una orden para expropiar áreas protegidas a campesinos con tal de favorecer a su amigo, Hinojosa, para que construya una nueva carretera al aeropuerto.
"Expertos concuerdan en que no es inusual que cada presidente tenga algunos contratistas favoritos, pero el caso del Sr. Hinojosa es sorprendente", redacta la publicación.
El presidente Peña Nieto ha llevado al extremo las prácticas del "compadrazgo" y el "amiguismo". Alfredo Castillo es un botón de muestra: el amigo del mandatario lo ha acompañado sin importar cuántos fracasos pueda acumular, pasó de Comisionado de Seguridad en Michoacán, donde los índices de violencia continúan muy altos, a jefe de la Comisión Nacional del Deporte, obvio sin ninguna experiencia previa.
Así, la mejor fórmula para volverse millonario en México es hacerse amigo de un presidente como Peña Nieto.
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