El gobierno mexicano que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto se ha manifestado indignado y sorprendido por el segundo escape de Joaquín "El Chapo" Guzmán de una prisión de máxima seguridad, sin embargo hay múltiples indicios de que fue su propia (y sospechosa) ineptitud la que propició la fuga.
"Es una afrenta para el Estado mexicano... Me tiene profundamente consternado", dijo Peña Nieto desde Francia acerca de la evasión del narcotraficante más buscado del mundo. El supuesto asombro del mandatario priísta no debería ser tanto, pues él mismo desoyó advertencias del gobierno de Estados Unidos sobre una posible fuga y se negó a extraditarlo.
Estas son las tres señales que las autoridades de México ignoraron. Tales omisiones hacen cómplices a los funcionarios que tuvieron en sus manos información privilegiada que pudo evitar lo que sucedió y no hicieron nada.
Aunque el Secretario de Gobernación de México, Miguel Ángel Osorio Chong, lo niega, varias fuentes dignas de credibilidad aseguran que la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) avisó a sus contrapartes mexicanas de varios planes del capo para fugarse de la cárcel.
Associated Press y The Wall Street Journal citan a funcionarios estadounidenses que confirmaron que las alertas se enviaron a México desde hace 16 meses.
La DEA interceptó conversaciones de uno de los hijos de Guzmán, Iván Archivaldo. En ellas se enteró de que había contratado personal con experiencia en el ejército mexicano para idear un plan de escape.
Otro de los avisos ignorados por México indicaba que se había sobornado a personal del penal para ayudar a escapar al líder del Cártel de Sinaloa.
"Esos avisos fueron compartidos con las autoridades mexicanas... Incluso sin los tips, las fuerzas del orden de Estados Unidos y de México eran conscientes de que Guzmán probablemente intentaría escapar, porque ya lo había hecho antes", explica el WSJ.
En conferencia de prensa Osorio Chong negó tajantemente haber dispuesto de esa información: “Haremos el proceso para ver de dónde viene esta información y documentar que nunca nos fue informado esto”.
Autoridades mexicanas difundieron imágenes del túnel de casi una milla por el que supuestamente se fugó Guzmán.
Al presidente de México se le planteó la posibilidad de que "El Chapo" Guzmán podría volver a escapar, así que la extradición a una prisión de Estados Unidos era la opción más contundente para evitarlo pero él se negó. Así lo dio a conocer el periodista Carlos Loret de Mola en su columna de El Universal.
Según Loret de Mola, Peña Nieto instruyó al entonces procurador Jesús Murillo Karam y al canciller José Antonio Meade, a negar de una manera muy política la petición de extradición del gobierno estadounidense. El presidente no quería incomodar a las autoridades de Estados Unidos, pues ellos cooperaron para reaprehenderlo en febrero de 2014.
La reticencia de México a extraditarlo tiene otro sospechoso capítulo entre el 26 y 27 de enero pasado cuando Estados Unidos hizo formalmente la petición. En esas mismas horas Murillo Karam dio una entrevista a la AP en la que se negaba a aceptarla y el capo por su parte tramitó un amparo que imposibilitaba el hecho.
"Yo puedo aceptar la extradición, pero en el momento que yo diga. "El Chapo" se tiene que quedar aquí a cumplir su condena y después lo extradito. Unos 300, 400 años después. Falta mucho", dijo en la entrevista en la que negó cualquier posibilidad de fuga.
Por distintas vías funcionarios de Estados Unidos conminaron a México a extraditar al criminal. La posibilidad de que huyera era uno de los principales argumentos:
"Pido a los mexicanos que consideren la posibilidad de extraditarlo a Estados Unidos, donde se lo conducirá a una prisión de súper máxima seguridad de la que no podrá escapar y será llevado ante la justicia con una sentencia de encarcelamiento de por vida", dijo en febrero pasado el congresista republicano, Michael McCaul.
La procuradora general de la República, Arely Gómez, muestra la última foto que se le tomó a Joaquín Guzmán Loera en el Penal del Altiplano. Ofrece por él una recompensa de 60 millones de pesos (3.8 millones de dólares).
La periodista mexicana Anabel Hernández ha seguido desde hace años los movimientos y costumbres de Joaquín Guzmán Loera. En su libro "Los Señores del Narco" ya había detallado las estrategias del capo que le han permitido burlar y corromper a la justicia una y otra vez.
Para Hernández hubo "3 focos rojos de alerta que el gobierno ignoró a propósito", y que permitieron a "El Chapo" tomar el control del Penal del Altiplano y hacer de la fuga un mero trámite.
Primero organizó una huelga de hambre masiva, luego se contactó con su amigos y se congració con enemigos, por último recibió visitas de personas con documentación falsa.
“Eso significa ya el punto culminante de la violación total a todo el mecanismo de seguridad, ya estás totalmente adentro del penal, de una manera absolutamente ilegal, con una cadena de corrupción, ya estás adentro, ya está violentada la seguridad”, dijo en entrevista con CNN en Español.
"Nunca fue neutralizado. Nunca se rompió su poder económico ni sus conexiones políticas, de complicidad, ni con las instituciones que fueron las que permitieron lo que pasó", concluyó.
Ahora el gobierno mexicano inició una búsqueda por todo el país y ofrece millones de dólares por información que lleve a la captura de Guzmán cuando tuvo en sus manos el final de su reinado. La pregunta que queda es, ¿no pudo o no quiso?
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