El Solsticio de verano es el día más largo del año, marcando el paso de la primavera al verano. En el Hemisferio Norte tendrá lugar el 21 de junio a las 16.38 GMT. Es el momento en que el Sol alcanza su mayor declinación respecto a la línea imaginaria del Ecuador, que divide en dos la tierra, lo que implica que es el día con luz solar más larga, y la noche más corta.
Hasta aquí el fenómeno astronómico. Pero por miles de años, esta fecha ha tenido un significado espiritual muy poderoso: el fin de la oscuridad, de la esterilidad, y el comienzo de la época fértil, donde se renueva la abundancia, la belleza de la tierra y el poder sanador de la Luz.
La celebración del Solsticio de Verano es tan antigua como el hombre. Es un momento de purificación, una fecha propicia para abrir, para explorar y emprender. Los agricultores antiguos, siguiendo sus ancestrales tradiciones, encendían sus fuegos para pedir por la fecundidad de la tierra y la del hombre mismo. Rituales de fertilidad, invocaciones al Sol, que con la llegada del cristianismo, se fundieron con la fiesta de San Juan.
Los cristianos antiguos encendían hogueras en nombre del Santo el 24 de junio, fecha de su nacimiento, que se convirtió en fiesta sacra, momento en que los campos eran bendecidos por el Bautista. Hoy en día, las hogueras siguen encendiéndose en muchas tierras del hemisferio norte.
Para los antiguos mayas era una fecha muy especial, ya que estudiaban en profundidad los movimientos del Sol. Durante el solsticio de verano celebraban en diversos sitios sagrados, entre los cuales estaba la gran pirámide de Chichén-Itzá en la península de Yucatán. A media tarde, la luz del sol creaba una sombra que descendía por los vórtices de la estructura, emulando una serpiente gigantesca, lo que llamaban “el descenso de Kukulkan” o de la serpiente emplumada.
También la civilización inca celebraba la Gran Fiesta del Sol o Inti Raymi, celebración que marcaba el inicio de un nuevo año para esa cultura. Actualmente sigue siendo uno de los festejos más importantes y populares de Sudamérica. En la tradición hindú, el solsticio de verano abre la puerta de los ancestros, el pitr-yâna, que conduce a nuestro interior.
Este año, se esperan cerca de 20,000 personas en Stonehenge, Gran Bretaña, para la celebración del Solsticio alrededor de las majestuosas piedras. Los druidas de la nueva era se mezclan con curiosos y turistas, en esta experiencia singular que se genera alrededor del famoso monumento megalítico. Miles de personas se reúnen para disfrutar de la puesta y posterior salida del Sol, en los que los primeros y últimos rayos se esconden tras el horizonte y los megalitos se alinean de manera única en el año.
Stonehenge, 21 de junio de 2015.
Stonehenge, 21 de junio de 2015.
Para la astrología, el solsticio de verano y de invierno, son las dos puertas zodiacales, la entrada y la salida de la gran caverna cósmica. El Solsticio de verano corresponde al signo de Cáncer, una energía cardinal de nuevos comienzos.
El solsticio tiene lugar el domingo 21 de junio, y la mayoría de nosotros, hombres y mujeres modernos, mirará la salida y la puesta del sol más tarde en las noticias, o en las fotografías de Internet. No debemos olvidar que una vez un poeta, William Shakespeare, se inspiró en esta fecha para escribir una de sus obras más encantadoras y mágicas, dedicada a los amantes, a los poetas y a todos los que llevan un poco de locura en sus corazones, el “Sueño de una Noche de Verano”. Disfrutemos entonces, de la magia de esta noche de verano.
Before You Go
