7 posturas sencillas de yoga que podrías hacer todos los días

7 posturas sencillas de yoga que podrías hacer todos los días

No siempre es fácil llegar a la clase de yoga. Puede ser que salgas tarde del trabajo o se presente otra cosa, lo entendemos; a veces esa hora del perro boca abajo no ocurre.

Sin embargo, no hay razón para no realizar algunas posturas durante el transcurso del día. De hecho, puedes obtener la mayoría de los mismos beneficios de una clase dedicando unos cuantos minutos durante tu jornada a hacer la postura del guerrero, estirar la espalda o abrir tus caderas.

He aquí 7 posturas de yoga para realizar a diario –sí, incluso en la oficina. Si tus compañeros de trabajo te miran raro, bueno, ¿qué más da?

Cuando despiertas

Gato-Vaca

(Damon Dahlen/Huffington Post)

La postura gato-vaca es la manera perfecta de despertar a toda la espina dorsal después de haber descansado durante siete a ocho horas seguidas (eso esperamos). Comienza con tus manos y rodillas en posición neutral. Partiendo de ahí, arquea tu espina hacia arriba y mira hacia tus muslos. Haz una respiración, regresa tu espina a posición neutral, y luego mira hacia arriba mientras dejas caer tu abdomen. Repite esto cuatro veces.

Perro boca abajo

(Damon Dahlen/Huffington Post)

La postura del perro boca abajo estira nuestra espalda, piernas y brazos. Es un poco más intensa que la gato-vaca, pero es otra excelente manera de despertar. Comienza en "cuatro pies"con tu espina recta y neutral. De allí, mete los dedos de los pies, levanta las caderas, pon tus orejas en medio de los brazos y mira hacia abajo con dirección a tus caderas. Lleva tus talones hacia el piso, y mueve un poco los pies para despertar los músculos isquiotibiales y las pantorrillas. Sostén esa posición durante tres respiraciones antes de regresar abajo sobre tus manos y rodillas.

Media mañana

Flexión de pie hacia adelante

(Damon Dahlen/Huffington Post)

Cuando has estado sentado toda la mañana, una flexión de pie hacia adelante es una manera genial (y no tan notoria) de estirar tus piernas y espalda. Comienza parándote derecho y bajando tus hombros. Lentamente empieza inclinarte hacia el frente, pero no te preocupes por tocarte los dedos de los pies. Si eso no ocurre, dobla las rodillas. Si las puntas de los dedos de las manos rozan fácilmente el piso, intenta doblar una rodilla primero y luego la otra para abrir el tendón de la corva de manera separada. Sube lentamente, una vértebra a la vez, asegurándote de que tu cabeza y cuello sean lo último en subir. Si te sientes ambicioso, hazlo una segunda vez.

Después del almuerzo

Flexión sentado hacia adelante

(Damon Dahlen/Huffington Post)

Las flexiones hacia el frente estando sentado son muy buenas para la digestión, así que realizar esta postura después del almuerzo es una sabia elección. Comienza sentado derecho con tus piernas delante de ti. Desde ahí, arrastra tus manos por las piernas hacia los dedos de los pies. Si no logras tocarte los dedos, deja que tus palmas reposen sobre las espinillas o dobla las rodillas. Sostén esta postura durante tres respiraciones antes de deslizar tus manos de regreso y volver a la postura de sentado.

Media tarde

Guerrero 2

(Damon Dahlen/Huffington Post)

Si eres víctima del bajón de las 4 p.m., en lugar de buscar azúcar o cafeína, intenta realizar el Guerrero 2. Esta es una postura fuerte y energizante que te ayudará a sobrevivir durante las horas finales de la jornada de trabajo. Comienza agachado, con un pie al frente y el otro detrás, con los dedos del pie flexionados. Planta el talón de atrás en el piso y sube los brazos trazando un círculo, flexionando la rodilla delantera y extiende los brazos. Asegúrate de que el talón de enfrente esté alineado con el centro de tu pie de atrás y dirige la mirada hacia el frente. Sostén esto durante tres respiraciones antes de bajar los brazos y regresar a la posición original.

Noche

Postura de la paloma

(Damon Dahlen/Huffington Post)

Como acumulamos mucha tensión en las caderas, hacia el final del día estas están muy rígidas. Abrirlas es relajante para el cuerpo, y para eso sirve la postura de la paloma. Comienza con un perro boca abajo, levanta una pierna para hacer un perro de tres patas, dobla tu rodilla, y lleva tu espinilla paralela a la parte frontal de tu tapete mientras bajas la cadera. Si no te resulta fácil --y no lo es para la mayoría de la gente, considerando que la mayoría de nosotros tenemos caderas rígidas-- intenta poner una manta debajo de tu cadera y arrástrate hacia adelante hasta que tu frente repose en el tapete. Sostén durante cinco respiraciones antes de regresar tu pierna a un perro de tres patas, y eventualmente al perro boca abajo.

Postura del niño

(Damon Dahlen/Huffington Post)

Esta es la postura relajante por excelencia y es perfecta para prepararte para una noche de sueño reparador. Desde el perro boca abajo, lleva con cuidado tus rodillas al piso y a cada extremo de tu tapete (esto ayuda a abrir tu espalda baja), y realiza cinco respiraciones profundas y restauradoras con tu frente descansando sobre el tapete.

--Esta nota fue publicada originalmente en inglés por Leigh Weingus en HuffPost Healthy Living. La traducción es de Sonia Ramírez.

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