Para los turistas son los autos vintage de Cuba. Para los cubanos simplemente los "almendrones".
El peculiar nombre proviene -según los cubanos- de su parecido con una almendra gigante. Los choferes que los manejan les llaman "boteros".
La mayoría inundan las calles de la isla caribeña de humo, olor a combustible y un ensordecedor ruido, pero aun así, son joyas del diario vivir cubano. Quienes visitan la isla quedan impresionados con estos autos de los años 50 y 60, capaces de burlar el paso del tiempo.
Los dueños de los "almendrones" generalmente los alquilan al turismo internacional, aunque también son un alivio ante la escasez del transporte público en la isla. Para los nacionales, rentar uno de estos carros es costoso. Un tramo corto en ciudad cuesta alrededor de 20 pesos en moneda nacional, cantidad de dinero significativa en comparación con el salario promedio del cubano que reside en Cuba.
Chevrolet, Dodge y Pontiac son algunas de las marcas que circulan en Cuba. Entre 1990 y 2000, los Peugeot y los autos chinos ocuparon las carreteras cubanas, pero los viejos automóviles estadounidenses se mantuvieron. Los “almendrones” no tienen muchas piezas originales, pero los mecánicos ingeniosos buscan las vías para remendarlos y reciclar piezas y motores de vehículos rusos o más recientes.
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