En medio de la tragedia que sacudió a Colombia por la avalancha que sepultó al pueblo de Salgar, una luz de esperanza iluminó a la localidad con el rescate de un bebé de 11 meses, que se encontraba debajo de los escombros.
Dioser Díaz fue encontrado por los cuerpos de rescate debajo de toneladas de lodo, piedras y palos, a dos kilómetros (1.5 millas aproximadamente) de donde se encontraba su vivienda. La fuerza del deslave arrastró todo a su paso, incluida su casa y a toda su familia.
Los rescatistas se guiaron por su llanto y lo encontraron boca abajo, aprisionado entre los escombros y su cuna.
"Se localizó en buen estado, está bien... Es un milagro", dijo uno de los socorristas a Fernando Ramos de CNN.
La suerte de Dioser no la tuvieron ni su mamá, ni su abuela materna, ni 12 de sus familiares, todos fallecidos en un desastre natural de proporciones gigantescas, que hasta el miércoles contabilizaba 78 víctimas fatales, 37 heridos y un número indeterminado de desaparecidos.
Sandra Rincón, prima de Dioser, fue quien lo encontró en un hospital. Ella acudió buscando información de su familia y se encontró con la noticia de que el bebé estaba vivo.
"Para mí él es mi hijo... y con todo este dolor que me parte el alma por la pérdida de mis otros seres queridos estoy feliz porque esté bien", dijo a El Tiempo.
"Es una felicidad impresionante que quiebra esta tristeza, pues hay 14 familiares más que están desaparecidos y de los cuales no tenemos ni idea [dijo entre lágrimas al periódico colombiano], pero mi bebé está vivo, mi bebé es la esperanza de nuestras vidas".
Dioser permanecerá con su abuela paterna en la localidad de Andes, ya que su padre falleció hace 10 meses.
La primera dama de Colombia, María Clemencia Rodríguez, se encuentra en el lugar de la tragedia coordinando la atención en albergues a los menores damnificados.
Por la tragedia hay 53 menores a los que se les está brindando atención humanitaria en albergues. Hasta el momento se ha confirmado que dos quedaron huérfanos, mientras el resto permanecerá ahí, hasta que sus padres se recuperen.
Las labores de rescate continúan en la zona, aunque con el paso de las horas se vuelve más difícil encontrar a gente con vida. El ejército colombiano trabaja horas extra al igual que rescatistas con experiencia internacional, algunos que recientemente ayudaron a las víctimas del terremoto en Nepal.
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