El brutal asesinato de Cristopher Márquez, de seis años de edad, ha conmocionado a México. No sólo por la brutalidad y saña con la que fue privado de la vida, sino porque los asesinos fueron cinco menores de entre 11 y 15 años. Tres son hermanos entre sí y primos de la víctima.
El pasado jueves Cristopher desapareció de su domicilio en la colonia Laderas de San Guillermo, en el estado fronterizo de Chihuahua. Su madre, Tania Mora, dio aviso a las autoridades. Se formaron grupos vecinales de búsqueda en los que incluso participaron los asesinos. Uno de los menores infractores no pudo ocultar la verdad y confesó el crimen a su madre, quien dio parte a la policía.
Según la Fiscalía de Chihuahua tres varones y dos mujeres invitaron al niño de seis años a jugar a un paraje cercano. Ahí 'jugando al secuestro' lo amordazaron y torturaron hasta dejarlo severamente herido, incluso le sacaron los ojos y cortaron los labios. Fue entonces que decidieron asesinarlo por ahorcamiento y luego lo apuñalaron 23 veces en la espalda.
Niño de 6 años es asesinado por jugar "al secuestro" en Chihuahua http://t.co/jZVFw3qVLP 7 20 pic.twitter.com/3oF7MNY1Vk
— Sin Embargo (@SinEmbargoMX) May 17, 2015
Como si se tratara de sicarios profesionales, los adolescentes cavaron una fosa donde lo enterraron y pusieron encima un perro muerto para disimular los olores.
Fue tal el nivel de violencia que la madre no pudo ver el cadáver de su hijo. "Que se haga justicia y que esto no quede impune porque ellos eran cinco de entre 11 y 15 años, mi niño de 6 años qué les podía hacer, lo ataron, lo acuchillaron, lo apalearon… es algo que no puedo concebir y pido justicia, que no los dejen libres", exigió Claudia Alvarado, abuela de Cristopher.
El fiscal general de Chihuahua, Jorge Enrique Nicolás, dijo que aunque los asesinos son menores de edad, son imputables de responsabilidad por homicidio.
La ley en México no prevé sanciones de privación de la libertad para niños, así que sólo dos de los asesinos que tienen 15 años estarán sujetos a una condena en algún titular de menores, los otros tres cuya edad oscila entre 11 y 13, recibirán apoyo psicológico.
Aunque la fiscalía ha reservado detalles por la naturaleza del caso, Nicolás dijo a la periodista Adela Micha, que los asesinos acosaban previamente al niño en un fenómeno conocido como 'bullying'. También se sabe que mataban perros y gatos por diversión, con el mismo cuchillo con el que atacaron a Cristopher.
El horrible caso pone en perspectiva el resquebrajamiento social en México, donde los niños están expuestos a altas dosis de violencia desde su núcleo familiar, hasta el clima de inseguridad que se vive por el azote del crimen organizado.
En 2012 un spot de una Organización No Gubernamental, alertaba sobre la violencia rampante en la infancia mexicana. El video abordaba la temática como una ficción, con niños asaltantes y secuestradores. Hoy se volvió realidad.
"Estamos hablando de valores, de forma de educar a los hijos, de la responsabilidad de estar al cuidado de ellos, de no dejarlos ocuparse libremente de sus tiempos de ocio, porque son los factores que provocan estos hechos, cuando estamos en presencia de familias disfuncionales que pudieran tener el uso o consumo de drogas o alcohol", dijo el fiscal de la Zona Centro, Sergio Almaraz Ortiz.
En abril de este año la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos del Congreso mexicano informó que México ocupa el primer lugar a nivel internacional en casos de 'bullying', lo que afecta a casi 19 millones de estudiantes de primaria y secundaria.
Son varios los señalamientos a la política del gobierno de Enrique Peña Nieto, que ignora la fragilidad de la niñez ante la violencia social. El crimen organizado es el principal beneficiado al ingresar a sus filas a jóvenes que tuvieron una infancia difícil y que llegan dispuestos a encontrar ahí lo que la sociedad les negó.
Raymundo Rivapalacio en su columna en el Financiero había alertado hace un mes de la agresividad de la infancia en estados como Tamaulipas, donde la guerra del gobierno contra narcotraficantes es cosa de todos los días.
“Los niños juegan al secuestrado, cobran derecho de piso por comprar en la cooperativa o por dejar que sus compañeros entren al baño en el receso, (además de) amenazar a los docentes”, dice el doctor Lara Peinado. Lo que hacen los niños es reproducir lo que ven en su entorno de manera sistemática. “Me tocó estar hace un par de semanas dando un taller para la primaria Ignacio Zaragoza de Reynosa, justo un día después de las balaceras y bloqueos. Tan sólo a unas cuadras de la primaria se contabilizaron nueve muertos. En las colonias cercanas, la cantidad de fallecidos también era alta. Niños de cuarto año narraban cómo desde su salón veían pasar camionetas con cadáveres apilados”, se lee en la columna titulada: Reynosa: ¿y los niños?
En 2013 un informe de congreso reveló que 30,000 menores de edad estuvieron involucrados en ilícitos relacionados con el tráfico de drogas, extorsión, secuestro y asesinato.