María Elena Salinas desnuda su alma de madre: habla de sus hijas, sus sacrificios, su orgullo y los bebés que perdió

María Elena habla del sacrificio, la lucha y el orgullo de ser madre

María Elena Salinas es una de las periodistas más importantes de Estados Unidos, valiente, inteligente, dura cuando tiene que serlo y dulce cuando lo amerita. Así, igualita, es María Elena, la madre de Julia y Gabriela.

Julia ya abandonó el "nido" de mami y está en su segundo año de universidad, Gaby está a punto de abandonarlo y María Elena de comenzar una nueva etapa sola. Para eso se compró un departamento en la playa, su casa ya no tendrá las vocecitas de su niña y el dolor tiene que ser menos difícil.

HuffPost Voces entrevistó a la periodista de noticias Univision; y de "Aquí y Ahora" con motivo del Día de la Madre, y con la calidad que la caracteriza nos abrió su corazón, desnudó su alma de mujer y madre, habló del orgullo que siente por sus hijas, lo que luchó para tenerlas, los bebés que perdió, y el sacrificio de una madre soltera que hoy ve los frutos de tantos días de lágrimas.

Cada día de la madres es especial para ti. ¿qué diferente tiene éste cuando ya tus nenas están grandes, una en la universidad y la otra en camino también a irse?
Hasta cierto punto cobra más importancia. Me he dado cuenta que a lo largo de las etapas de la vida de mis hijas cada una ha sido muy distinta, y tienen necesidades distintas. Cuando son adolescentes es cuando más necesitan a su mamá, cuando mejor empecé a establecer una relación con ellas. Ahora me siento muy orgullosa de mis hijas, veo que mi labor de madre no ha terminado, pero sí ha dado frutos. Me da tanto orgullo ver, por ejemplo, mi hija Julia ya en el segundo curso de Universidad en Washington, y mi hija Gabriela, la chiquita, que la acaban de aceptar en la Universidad de Nueva York... Las veo tan realizadas que me da un orgullo muy especial ser su madre. Es cuando nos damos cuenta de que lo que les inculcamos, poco a poco, va dando fruto.

Te tocó dejar primero a Julia en la universidad y ahora a Gabriela, ¿muy difícil?
Mis hijas han sido lo más importante en mi vida, mis hijas y mi trabajo. Mi vida gira alrededor de ellas, para mí no hay nada más importante. Y nosotros las estamos preparando, educando desde kinder, para que ellas estén listas para cuando llegue el momento de la universidad y tengas que darles alas, pero nosotros no nos preparamos emocionalmente para eso, y eso es lo que lo ha hecho tan difícil. Ahora quizás creo que estoy un poquito más preparada porque lo viví con Julia, pero yo no sé cómo voy a reaccionar cuando tenga que dejar a Gaby y yo me tenga que regresar a mi casa, sola, sin ella, así es que estoy aprovechando cada momento. Ella cumple años el nueve de mayo, entonces es un día antes del día de la madre, cumple 18 años, la mayoría de edad, así es que eso va a ser súper especial para mí porque ya mis dos hijas son adultos legalmente.

María Elena, yendo mas atrás, ¿cómo recuerdas el momento en el que las tuviste a cada una?
Desde muy chiquita tuve sobrino y sobrina, cuando yo tenía 14 años los cuidaba, yo fui su primera nana y desde ese momento quería ser mamá, era lo más importante para mí en la vida. Perdí dos bebés antes de Julia y uno después de Gaby, y el día que nació Julia me recuerdo que yo lloraba, lloraba, la veía, la abrazaba... Recuerdo su carita, recuerdo apretarla porque me costó mucho llegar a ese momento, y era lo que yo anhelaba. Ya no era tan jovencita para tener hijos. Así es que era muy especial para mí. Cuando nació Gaby me acuerdo que se la llevaron por un momentito y me entró pánico porque dije: "me la van a cambiar por otra" [risas]. Mi exesposo ya no quería tener hijas, yo ya había tenido tres pérdidas, tenía a Julia... para mí era muy importante tener esa niña, o sea yo hice el esfuerzo de tenerla. Yo me media la ovulación para asegurarme de que tuviera otra hija. Así es que llegó al mundo, porque yo quería que llegara al mundo.

¿Por qué era tan importante para ti esta segunda hija?
Segunda, tercera, cuarta y quinta si hubiera podido, yo quería tener muchos hijos. Pero no se dio así porque mi exmarido no quería tener más hijos. Siempre crecí en una familia con mucho amor, mi madre fue una persona maravillosa que guió mi vida. Yo siempre crecí queriendo tener muchos hijos, yo pensé que iba a tener cinco, y tuve cinco embarazos, es curioso, nada más que tres angelitos no se dieron por alguna razón, y después me di cuenta que era algo muy común, muy natural. No es fácil concebir, no es tan fácil traer al mundo hijos, pero para mí tener dos siento que es una bendición y tengo dos hijastras maravillosas, una de 23 y otra de 31, las que quiero mucho, como si fueran mis hijas.

Cuando te tocó vivir esas pérdidas, ¿En algún momento te diste por vencida, bajaste los brazos? ¿en qué te refugiaste para seguir intentado?
No, no me di por vencida. Lo que pasa es que yo no tenía tanta información porque nunca me había pasado. Cuando me pasó la primera vez pensé que el mundo se iba a derrumbar, y poco a poco me di cuenta que era muy común, de hecho mi madre me confeso también en esa época que ella había tenido una o dos pérdidas, así es que me empecé a dar cuenta de que era algo normal. Al contrario de darme por vencida, yo fui con médicos especialistas, una segunda, tercera o cuarta opinión, yo hice todo lo posible para volverme a embarazar; yo tomé los medicamentos y las precauciones que tuviera que tomar para asegurarme de ser madre. En ningún momento me di por vencida, de que me dolió, me dolió profundamente, especialmente el primero. Para el segundo me asusté mucho porque dije: "no puede ser que yo no pueda tener hijos”. Eso fue antes de Julia y ahí es donde me fui con un especialista, y después de que nació Julia, tuve la tercera pérdida, ya sabía lo que estaba pasando, los tres fueron durante un viaje, así que aprendí y dije: “No, yo embarazada no vuelvo a viajar”.

María Elena, tus hijas nacieron en una familia clásica y de repente, tuvieron que enfrentarse a vivir con sus papás divorciados, ¿cómo fue esa etapa que pasaste a ser madre soltera?
Teníamos una vida familiar porque mi exesposo quiere mucho a las niñas, pero yo siempre me he encargado de todo lo que tiene que ver con ellas, en cuanto a su educación, y bueno son niñas, así es que todo eso no cambió. Yo hice todo lo posible para que no sufrieran mucho, luché, tuve una batalla hasta legal con mi exesposo para poder mantener esta casa, y que lo único que cambiara es que su papá no iba a vivir aquí pero igual lo iban a ver, igual iba a ser su papá, igual iban a tener sus hermanas, igual van a tener a sus abuelos, igual van a estar en la escuela, en la misma casa, en la misma cama, en el mismo cuarto. Hice todo lo posible para que esa transición fuera fácil para ellas o fuera menos traumática. Pero los niños siempre sufren porque para ellos es muy difícil que sus padres estén separados. Ya han pasado muchos años pero yo siento que a mis hijas, especialmente la más chiquita, le ha afectado de alguna manera, no lo dice, ella no es de la que lo dice, pero yo lo veo a través de sus acciones.

¿Cómo podrías definir a cada una de tus "nenas"? Porque para ti siguen siendo "tus nenas"...
Sí, "mis bebés", "mis bebecitas". Gaby tiene carácter fuerte pero al mismo tiempo es muy independiente, es un espíritu libre; con hambre y sed de aprender, de vivir experiencias. Está muy emocionada de que va a vivir en Nueva York, le encanta lo que es el arte, le fascina la idea de que va a estar en una ciudad con muchos museos... Cada cosa la llena, cada cosa le llama la atención, y creo que no me voy a tener que preocupar porque ella es muy independiente y sabe cómo defenderse, no es de las que se quedan calladas... Julia, es más tranquila, más calladita, quizás más tímida, le gusta divertirse y es medio fiestera mi hija, ella todavía está buscando su camino, es estudiosa, es cariñosa, con muchas ganas de vivir, y tiene muchas aspiraciones aunque todavía no sabe exáctamente lo que quiere, pero son niñas buenas. Las dos son centradas, que es lo uno busca como madre, niñas que sean seguras de sí mismas, que sean independientes, que sientan amor, que den amor es lo que todo padre quiere para su hijo.

Y qué piensan tus hijas de ti, ¿te dicen lo orgullosas que están o cuánto te quieren?
No son muy comunicativas en ese sentido porque como llevan todos estos años viendo mi trabajo, conociéndolo, están acostumbradas a que la gente me reconozca por la calle, a que me pidan autógrafos o fotos, ese tipo de cosas. A veces todavía les da un poquito de pena, pero sí me ha tocado en distintas ocasiones donde ellas me muestran indirectamente su orgullo. Es curioso, pero un día Julia desde de la universidad me manda un mensaje y me dice: “Mamá, estamos hablando mis compañeras, varias amistades y yo sobre lo que cada uno de nuestros padres hacen, y tanto orgullo me dio decir que tú eres una mujer luchadora, que trabaja"... No que los otros no trabajen, pero parece que había muchos en ese caso que tenían empresas de familia, o madres que no trabajan, y me dijo, "y me dio tanto orgullo decir que mi madre trabaja y ha pagado nuestra educación”... Así que yo sí creo que se sienten orgullosas, y me lo dicen de una manera muy sutil. Cuando se me otorga un premio me dicen: “Estoy muy orgullosa de ti”... Y de repente me entero cuando me llama la mamá de alguna de las amiguitas para felicitarme porque mi hija fue y le dijo "mi mamá se ganó un premio”, no son muy efusivas. Me hubiera gustado que fueran, yo quería que fueran más efusivas, pero son un poquito más reservadas.

Tú trabajas desde muy pequeña y te ha tocado vivir en una casa donde no sobraban las cosas. Hoy a base de mucho trabajo tú le has podido dar todo a tus hijas. ¿Cómo has logrado mantener eso de poder darle todo pero a la vez que valoraran lo que tú le estabas dando?
Yo creo que constantemente se los tengo que estar recordando. Y claro, de vez en cuando les digo cómo fue mi niñez, mi juventud y mi adolescencia tan diferente a la de ellas. Constantemente hay que estarles recordando que para lograr algo hay que trabajar. Ellas tienen que aspirar algún día a tener más en su vida, y si ya lo tienen todo entonces para qué van a luchar. Y también se van a dar duros golpes en la vida al darse cuenta de la realidad el día que ellas tengan su sueldo, y tengan que pagar su propia casa y su propia carro. Antes no les hablaba de dinero, pero ya que están en edad y que tienen que gastar el dinero para entrar en la universidad, ahora sí les digo cuánto cuesta, ahora si les digo cuánto tiene que trabajar una persona para ganar “x” cantidad, y lo que pueden pagar con esa cantidad, y están en shock.

En este día de la madre, ¿qué mensaje le das tú a tus hijas?
Julia: "Vas bien y espero que encuentres tu camino pronto, vas a llegar a triunfar en la vida. Que seas muy feliz, recuerda que pase lo que pase siempre me vas a tener a mí.
Gaby: "Estoy muy orgullosa de ti porque has logrado que te acepten en la universidad que te están aceptando y es un logro muy personal tuyo, porque sí, yo te mandé a una muy buena escuela, pero tú fuiste la que tuviste que estudiar. Estoy muy orgullosa y siempre me vas a tener a mí aquí. Las amo a las dos profundamente”.

MIRA A LAS TRES EN FOTOS:

María Elena junto a sus hijas

María Elena junto a sus hijas

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