Carmina Zamorano: de limpiar cristales a ser una de las empresarias más poderosas de Estados Unidos

Comenzó limpiando cristales y se convirtió en una empresaria poderosa

Carmina Zamorano es una de las empresarias más poderosas de Estados Unidos, tiene en Texas, el haras más grande del país, en donde no solo crían los caballos más finos y caros que hay aquí, sino que además cuenta con hotel, un spa y un restaurante en la propiedad.

Sin embargo, esa mujer bella y fuerte, abogada de profesión, no siempre fue la "mujer de acero" de los negocios, pues en su México natal comenzó trabajando de muy pequeña limpiando cristales de la oficina de su mamá.

En exclusiva te presentamos la historia de una mujer latina que comenzó con tan solo un sueño, un gran sueño y con disciplina, esfuerzo y sacrificio triunfó en un mundo de hombres.

¿Cómo lograste pasar de un sueño en tu México natal a convertirte en una de las empresarias más importantes y poderosas de Estados Unidos?
Con mucha dedicación, disciplina, comencé picando piedra desde muy abajo y desde México, entonces hago un proceso de incubación de empresas, tengo grandes operadores y grandes socios.

¿Cómo fue que un día decidiste “Quiero Ser una empresaria exitosa”?
Desde siempre he sido muy ambiciosa, no de dinero, de éxito. Mi mamá es una mujer muy trabajadora, extremadamente luchona y yo lo que vi en mi casa toda mi vida fue una mamá trabajadora. Mi marido dice los empresarios no se hacen, tu naces empresario. Yo en un principio no lo era, trabajé en muchísimas cosas, desde nany, trabaje con mi mamá limpiando cristales, atendiendo los domingos cuando nadie quería ir; de recepcionista, pero al final ser empresario es una vocación, entonces cuando de repente te das cuenta que tienes la oportunidad de haber trabajado en muchos lados y haber aprendido tantas cosas, pues quieres empezar a hacer tu propia empresa y tomar tus propias decisiones.

¿Qué pensaba, qué soñaba esa Carmina que limpiaba vidrios?
Soñaba en ser abogada, no por vocación eso te lo puedo decir, yo siempre he sido una amante de la arquitectura, del diseño, pero era muy mala para matemática, desde los 13, 14 años mi papá me inculcó que fuera abogada porque los abogados tienen una visión muy amplia del mundo. Hoy lo entiendo, yo estudie abogacía por mi padre, nada más. Y hoy lo veo que entre más amplia puedas tener tu visión sobre todo en un mundo tan global, puedes resolver problemas de todo tipo.

Llegas a Estados Unidos siendo mujer, latina y a un mundo de negocios de hombres, ¿cómo te recibieron?
Aparte de ser hombres, es un mercado muy cerrado, donde me costó mucho trabajo ganarme el respeto como latinoamericana primero, la mayoría creen que somos un poco abusivos, que venimos a robarles la tierra, los espacios, la economía. Cuando trabajaba en México en un empresa era la directora corporativa de ahí, yo convivía con hombres, con muchos hombres, al final me casé con uno de los socios de una de las compañías y tengo el respeto como mujer, no nada más como empresaria, entonces cuando entras a un grupo de señores o a una sociedad un poco machista laboralmente, siempre tienes que darte tu lugar.

Todo este tipo de cosas ¿te van endureciendo o te permite resguardar a esa mujer tierna, sensible?
Mi marido todo el tiempo me dice eso, frente a los empresarios tú tienes que ser dura. Y le digo “Amor, yo no puedo tomar una decisión que perjudique a alguien”… Al final no puedo darle el gusto a todos, sí a veces sí te endureces. Me endurezco en contra de mi naturaleza, pero por supuesto hay que tomar decisiones que a veces llegan a afectar a un tercero, sobre todo cuando alguien quiere aprovecharse de ti.

MIRA SU EVENTO DE HARA CUP:

Cynthia Olavarría junto a la anfitriona Carmina Zamora

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