A las 11:59 de este 27 de febrero, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) se queda sin dinero. Los desencuentros políticos en Washington, una vez más, parecen tener más fuerzas que un acuerdo bipardista, que en realidad beneficia a todos, sin importar si se es republicano o demócrata, porque está en juego la seguridad del territorio y de sus ciudadanos.
Los republicanos de la Cámara de Representantes alegan que quieren extender los fondos, pero con condiciones. Quieren que los fondos sean aprobados de forma temporal hasta marzo, y así ganar terreno político para ir en contra de la acción ejecutiva de Obama -anunciada el pasado 20 de noviembre- y que es uno de los orígenes del problema.
Pero los líderes republicanos no lograron reunir los votos para aprobar una medida provisional para financiar el Departamento de Seguridad Nacional durante tres semanas, y literalmente la agencia queda en peligro de un cierre parcial este viernes en la noche.
Este fallo deja el Congreso, con pocas opciones para evitar un cierre parcial. Republicanos de la Cámara podrían intentar otro proyecto de ley de financiación provisional en lo que queda de esta noche, o ceder y permitir una votación sobre un proyecto de ley, aprobado por el Senado, que financiaría al DHS hasta el 30 de septiembre.
Los demócratas, por su parte, se mantienen en su postura de por qué no apoyar el alivio migratorio para millones de indocumentados en el país. Y nadie parece ceder.
Casi llega la hora cero, pero esta batalla comenzó desde diciembre, cuando se discute y se negocian los fondos para el gobierno federal hasta septiembre del 2015, menos el del de DHS que se vence en febrero.