Si existiese un manual para enseñar a envolver regalos a novatos, el primer capítulo no debería centrarse en qué hacer. El primer capítulo tendría que centrarse en qué NO hacer. Y lo que NO tenemos que hacer es delatarnos.
La razón de ser de las envolturas y del papel de regalo es ocultar a los ojos del homenajeado qué hay en su interior, de modo que no pueda descubrir a simple vista si por fin le han comprado la raqueta que tanto quería o el gato que llevaba años pidiendo.
Así que no se trata tanto de ponerlo bonito y que no quede ni una arruga, el objetivo es ser un poco discreto. Y ya si conseguimos despistar, mucho mejor.
Vía SweetBrotatoePie (Imgur)
En cualquier caso, lo primero y más importante es saber qué es lo que NO tenemos que hacer. Y estos ejemplos servirán para ilustrar cuál es el camino que debemos evitar a la hora de envolver regalos.
Esta nota fue publicada originalmente en El Huffington Post.