Todos sabemos que nuestro cuerpo necesita oxígeno para sus funciones vitales, y es por ello que la maravillosa máquina que es nuestro organismo hace que nuestra respiración sea automática. Por supuesto eso es una gran ventaja, pero la contracara de ello, es que en nuestro trajín diario, perdemos la conciencia sobre su importancia y los beneficios que obtenemos si la practicamos conscientemente.
La respiración oxigena cada célula de nuestro cuerpo, y desintoxica el organismo. Cuando estamos angustiados, o frente a una situación de estrés, respiramos con mayor rapidez, y tomamos menos cantidad de aire. Nuestra “máquina” hace un esfuerzo extra para llevar el aire a las células y órganos.
Te enseñaremos a respirar de manera consciente para desintoxicar tu organismo y aumentar tu bienestar.
Lo primero que debes hacer es reconocer el modo en que respiras. Para eso, elige un lugar cómodo, y una postura relajada, parado o sentado, pero con la espalda recta. La ropa en lo posible debe ser cómoda, las prendas no deben ser ajustadas.
Coloca una mano sobre el pecho y otra sobre el estómago. Respira como lo haces normalmente por aproximadamente un minuto. Al inhalar, observa tus manos. ¿Cuál de ellas se mueve?, ¿o se mueven las dos?, ¿o cuál primero?
Si es la mano que está sobre el pecho, la respiración es pectoral, o superficial. Esta respiración no produce los beneficios de una respiración más profunda, no oxigena ni purifica adecuadamente las células de nuestro cuerpo.
Si es la mano que está sobre el estómago, estás respirando correctamente, de manera diafragmática. El diafragma es el músculo respiratorio más importante, separa el tórax del abdomen y contribuye a oxigenar nuestro cuerpo. Al inspirar se contrae y desciende, permitiendo que los pulmones se llenen de aire, y por consiguiente, el abdomen se distiende hacia fuera.
Una vez que has identificado la manera en que respiras, será más fácil corregir la respiración, si fuera necesario.
Para respirar con el diafragma, coloca las manos sobre tu abdomen e inspira suave y largo por la nariz, sin mover los hombros. Exhala despacio, y trata que la exhalación dure más tiempo que la inhalación.
Inspira y exhala por la nariz varias veces, repite el ejercicio unas cinco veces, y recuerda que debes inspirar lentamente, ensanchando el tórax y el abdomen. Adoptar una respiración diafragmática puede no ser fácil al principio, pero con la práctica, se vuelve automática.
Los beneficios son muchos, Además de oxigenar el organismo, la respiración profunda relaja mental y físicamente. El oxígeno aumenta el buen rendimiento físico, y reduce el nerviosismo. Ante una situación de estrés, recuerda respirar de manera profunda, verás cómo te sientes mejor antes de consumir tu energía inútilmente.
¡Respira correctamente y vive mejor!
Before You Go
