En los últimos años numerosos estudios han constatado que los hispanos en Estados Unidos no cuentan con la visibilidad que les corresponde en la televisión y en el cine.
Los roles para los actores y actrices latinos son escasos y muchas veces se ven obligados a interpretar personajes estereotipados, particularmente en el caso de las mujeres, que son presentadas como "bombas sexuales", ruidosas y extremadamente preocupadas por su aspecto físico.
Quizás por eso han sido tan bien recibidas dos series estrenadas en las últimas semanas en el país y que, como excepción a la regla, tienen como personajes centrales a jóvenes hispanas ambiciosas e independientes, cuyo origen étnico es tan sólo un aspecto más de la trama y no el elemento que las define.