La última semana, antes de las elecciones legislativas del próximo 4 de noviembre, equivale a un crucial esfuerzo -especialmente para los demócratas- para tratar de mantener el control del Senado. Varias encuestas, entre éstas una del periódico The New York Times, apunta a que hay una posibilidad de que los republicanos tengan una ventaja del 65 por ciento de lograr una mayoría.
Obama, quien protagoniza un descenso en su nivel de popularidad, ha hecho apariciones en actos de recaudación de fondos para su partido, aunque no como se esperaba, y uno de los ejemplos fue cuando visitó el centro comunitario Martin Luther King -el colegio electoral más próximo a la que era su residencia en Chicago antes de ser elegido presidente en el 2008- para ejercer su voto por anticipado en estas elecciones de medio término.
Las encuestas de popularidad no le favorecen, pero algo que todavía tiene a su favor es el carisma. Con tres cajas de donuts en la mano se presentó en Chicago, el día que votó, las cuales repartió entre los voluntarios que se encontraban en las mesas de votaciones.
En los últimos meses, el Presidente Barack Obama ha enfrentado duras críticas -tanto por republicanos como por miembros de su propio partido- en relación con su estrategia de lucha contra ISIS o Estado Islámico en Iraq y Siria, y recientemente por el manejo de la llegada del virus del Ébola a Estados Unidos.
Obama viajó a Chicago hace una semana para apoyar la campaña del Gobernador Pat Quinn, quien está enfrentando una dura batalla por la reelección.
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