El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, está en México. Quiere hablar de muchos temas, menos del que le puede traer conflictos y respuestas que nadie tiene: la reforma migratoria.
Este viaje no es pura casualidad. Chris Christie quiere empezar a mover la aguja de sus escándalos de los últimos tiempos, que han empañado su perfil político, hacia una proyección en la arena internacional, y qué mejor lugar que México, y por extensión, el cortejo a los votantes latinos en Estados Unidos, por si decide lanzarse a la carrera por la Casa Blanca.
El analista político Héctor Barreto, presidente de The Latino Coalition, es uno de los que ve en Christie todo el potencial para aspirar a la presidencia en el 2016.
"No podemos olvidar que Chris Christie es un republicano que ha ganado dos veces en un estado demócrata y él tiene muchas oportunidades de atraer el voto independiente. Es carismático, es alguien que tú ves y te impresiona. Es un hombre inteligente, fuerte, que quiere y sabe cómo resolver problemas", compartió Barreto con HuffPost Voces.
Christie habló de temas económicos en México y reforzó reforzó el mensaje que ese país y Canadá son vitales son vitales para el crecimiento de la economía estadounidense.
"Muy a menudo", destacó, "nuestros vecinos en México y Canadá creen que están en un segundo plano en la política exterior de Estados Unidos. Dejen poner claro mi punto de vista: Mi opinión es que deben estar en nuestro primer plano, no en el segundo", reseñó la agencia AP.
Pero el tema en el que mantuvo el hermetismo fue la reforma migratoria y los desacuerdos entre republicanos y Barack Obama con el prometido y esperado proyecto por más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.
A pesar de sus escándalos políticos, Chris Christie sigue siendo una figura dentro de los republicanos moderados y un candidato capaz de atraer votos de hispanos e independientes en las próximas elecciones presidenciales de 2016.
Alrededor de 70 por de los electores hispanos votaron en 2012 por el presidente Barack Obama, y persisten profundas divisiones entre los republicanos y los demócratas sobre lo que hay que hacer respecto a los inmigrantes que viven sin permiso en EE.UU, así como frente a la oleada de menores que cruza desde la frontera con México.