Un movimiento internacional se ha puesto en marcha para salvar a Arturo, el último oso polar de Argentina, que ha sido llamado “el animal más triste del mundo”.
Arturo ha pasado los últimos 20 años en el zoológico de Mendoza en Buenos Aires, donde la temperatura puede llegar hasta los 40 grados centígrados (104 grados Fahrenheit). En el ártico, los osos polares viven en temperaturas alrededor de los 40 grados centígrados bajo cero.
De acuerdo con el Sunday People, la salud mental de Arturo se ha deteriorado desde la muerte de Pelusa, su compañera, hace dos años. Desde entonces, no ha tenido contacto con otros osos polares. Los expertos dicen que el animal está deprimido y que la soledad lo está haciendo que tenga un “comportamiento anormal”.
Aunque los defensores de animales han intentado trasladar a Arturo a un zoológico que pueda ofrecerle mejores condiciones, hasta el momento no han podido lograrlo. En febrero, el zoológico de Mendoza bloqueó una propuesta que hubiera llevado al animal a Assiniboine Park en Winnipeg, Canadá, un zoológico que tiene un centro de conservación para los osos polares, según el Sunday People.
Gustavo Pronotto, el director del zoológico de Mendoza, dijo al periódico que Arturo, de 29 años, no hubiera sobrevivido el viaje de dos días debido a su edad.
Sin embargo, una campaña en las redes sociales sigue pidiendo que el oso sea trasladado. El hashtag #FreeArturo estuvo trending a principios de este mes, y una petición en Greenpeace actualmente lleva más de 165,000 firmas.
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