Desde el 2002, Estados Unidos ha usado la Base Naval de Guantánamo como un centro de detención para presos enfrentando supuesta conexión con el terrorismo. La mayoría de ellos detenidos en Afganistán.
Obama ha intentado el cierre y desmantelamiento de la base, pero se necesita la autorización del Congreso, que hasta el momento no ha podido lograrse. Según el Presidente, cada preso cuesta alrededor de un millón de dólares por año.
Pese a la polémica que ha generado el intercambio de cinco prisioneros talibanes, retenidos en Guantánamo, por el sargento estadounidense Bowe Bergdahl, Barack Obama continúa en sus intenciones de cerrar la base.
De acuerdo con la agencia AP, un alto funcionario del gobierno estadounidense confirmó este jueves en Washington D.C., que se ha estado trabajando para reducir el rezago en el trámite de prisioneros que ya han recibido aprobación para ser transferidos a sus países de origen u otros.
"Un número significativo de prisioneros están en vías de liberación", precisó el funcionario, quien habló en condición de anonimato debido a las fuertes críticas que provoca este tema en el Congreso, y sin precisar la cantidad de reos que pueden ser liberados.
Actualmente, Estados Unidos mantiene 149 prisioneros en la base. A la mayoría de ellos no se le han formulado cargos y se cree que tienen vínculos con Al - Qaida o el Talibán.
La base naval de Guantánamo, conocida como “Gitmo”, la mantiene Estados Unidos en Cuba desde el final de la guerra con España en 1898.
A pesar de que el cierre de la base se ve como algo inminente, un artículo de fondo de Michael Crowley en la revista Time (titulado precisamente "Por qué Guantánamo no se cerrará jamás") explica que las probabilidades del desmantelamiento de “Gitmo” son exactamente "cero".
No llevaba apenas Obama un día en la Casa Blanca, cuando el 22 de enero del 2009, firmó una orden ejecutiva para el cierre de base. Pero la oposición republicana se hizo presente en sus más altos exponentes. La primera duda acerca de la decisión del Presidente era lo que iba a hacer con los presos encarcelados durante la era de Bush y si era una buena idea traerlos a cárceles federales en Estados Unidos para su posterior enjuiciamiento.
Varios periodistas han obtenido el permiso para entrar al interior de la base y realizar reportajes. Todo el material debe ser revisado y aprobado por los militares estadounidenses. Por razones de seguridad, no se pueden tomar fotos de los prisioneros.
Lo que sucede detrás del alambrado de los campos de detención y de los uniformes naranjas de los prisioneros figuran entre los secretos mejores guardados por el gobierno estadounidense, de acuerdo con un documental del National Geographic Channel titulado "Guantánamo al Descubierto".