Paul Stanley llegó a la llamada casita más feliz de la televisión hispana, "Despierta América", para quedarse. Detrás de su ternura, su humor permanente y su alegría, se esconde una gran tristeza, el haber perdido a su papá, Paco Stanley, de modo repentino cuando hace 15 años fue asesinado en la Ciudad de México.
En exclusiva con HuffPost Voces, mientras disfruta la felicidad de esta nueva oportunidad en su carrera, Paul recuerda con tristeza a su padre el que le dejó muchas preguntas sin contestar.
Para comenzar, Paul tiene mucho que compartir en esta etapa en la que mientras estaba terminando un éxito en México, recibió la invitación para ser parte de "Despierta América", algo que dice que alguna vez había soñado pero que ni visa tenía pues nunca había venido a Estados Unidos.
Al hablar de lo que más le gusta de estar en Univision, comienza con su habitual humor diciendo: "¡Levantarme a las 5 de la mañana!"...
"Es mágico lo que se vive. Hay momentos que como seres humanos pasamos por mil cosas, pero que tenemos que llevar entretenimiento, hay momentos claves, mágicos en donde el equipo tiene esa armonía y se proyecta en la televisión, ese pimponeo, ese relajo, y siempre pasa cuando hay buena comunicación, buena amistad y que se lo puedas transmitir al televidente... No tiene precio, debería de pagar uno por trabajar", dice feliz.
Pero lo que más le está costando en este cambio, es adaptarse a la ciudad de Miami:
"Me pierdo mucho, eso me estresa, tengo que tener sobre todo tolerancia para aceptar y entender, la ciudad no se va a acoplar a uno, uno se tiene que acoplar a la ciudad", asegura.
El humor es una de las principales virtudes de Paul, y eso lo transmite en pantalla, pero tanta necesidad de hacer reír ¿nace del dolor o del amor?
"Desde que tengo uso de razón darle felicidad a la gente que esté al lado, me da felicidad a mí... Desde niño recuerdo que tenía un buen oído para saber en qué momento entrar y decir un detalle, un comentario para que todos se empezaran a reír y eso me llenaba a mí porque era certero. Todos tenemos tragedias en la vida, tenemos más cosas malas que buenas porque de eso aprendemos, de los dolores, las pérdidas, los desamores, entonces si pocos momentos te llenan de felicidad y puedes ser un fabricante de risas, por qué no hacerlo", dice, feliz de lograrlo.
Pero detrás de sus chistes, sus bromas, sus sonrisas y sus risas, se esconde un gran dolor, el que comenzó el 7 de junio de 1999 cuando su padre, el famoso presentador Paco Stanley, fue asesinado en la puerta de un restaurante donde estaba desayunando con compañeros de trabajo. Asesinato que aún hoy sigue sin resolverse.
Y entre el dolor, para Paul quedaron, quedan y quedarán muchas preguntas sin respuestas, como ¿qué pensará de la carrera que está haciendo su hijo?
"Esa pregunta es lo que más me duele siempre, el no saber qué piensa, si estará orgulloso, si no... Se quedan tantas preguntas sobre la mesa y saber que las tienes y que las tienes que contestar... Yo estoy orgulloso de lo que he logrado porque nadie me ha regalado nada, espero él esté así", dice Paul.
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