Muchos futbolistas han vuelto a las canchas tras sufrir fracturas. Otros lo han hecho después de graves accidentes o cirugías. Pero el paraguayo Salvador Cabañas está llegando a Brasil para jugar con una bala en su cabeza.
Los fuegos artificiales comienzan a estallar en la ruta de acceso a Tanabi, un pueblo en una zona semi rural al norte del estado de São Paulo. Avisan que llegó el refuerzo estrella del Tanabi Esporte Clube, de la serie B del Campeonato Paulista.
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Cabañas, de 33 años, baja de la camioneta que lo trajo desde un aeropuerto cercano en la tarde del martes y de inmediato es rodeado por un torbellino de cámaras de canales brasileños de TV.