Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera, jefe del cartel de Sinaloa, fue apresado el sábado 22 de febrero por Infantes de la Marina mexicana en operación conjunta con otras agencias mexicanas de seguridad. Se entregó sin un solo disparo. Fue una gigantesca victoria contra el hampa y para la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, horas después de la reunión cumbre que mantuvo con el Presidente Obama y con el primer ministro de Canadá Stephen Harper. Y una semana después de que apareciera en la portada de la revista Time.
Guzmán ahora pagará por sus crímenes y permanecerá en prisión el tiempo necesario.
¿No es admirable?
Solo que la mitad de los mexicanos o más no creen una sola palabra de ésto.
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Y no es que haya secretos. Al contrario: la información fluye como agua. Ahora hasta se sabe lo que dijo en su investigación preliminar, en el helicóptero que lo llevaría al DF. ¿Por qué?
Las dudas son muchas. Primero, dudan que quien han detenido sea Guzmán Loera. Es otro, un engaño, un doble, un falso, piensan. Según una encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), solo el 42.2 por ciento de los encuestados aceptan que quien fue detenido en Mazatlán, Sinaloa, sea Guzmán. Un 40.7 por ciento dice que no es él. El resto no sabe.
Tantos son, que las autoridades mexicanas han debido recurrir a una medida extraordinaria destinada para los descreídos.
Aquí se pueden apreciar esos esfuerzos, donde Sara Mónica Medina, la perito auxiliar de la PGR mexicana, en bata blanca de laboratorio, desplegó fotos, ejemplos de la escritura del capturado y finalmente pruebas de ADN obtenidas del interior de la boca de Guzmán. Él es él, dijo.
(SIGUE LA INFORMACIÓN DESPUÉS DE ESTAS IMÁGENES)
La falta de confianza en las instituciones de gobierno es tan fuerte y esas instituciones tan débiles que casi instantaneamente al momento de los acontecimientos las dudas se convierten en rumores y los rumores en hechos fehacientes, ciertos e incontrovertibles.
En segundo lugar, piensan muchos, si es en realidad 'El Chapo' quien está arrestado en el penal de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, no fue una cacería exitosa la que llevó a su arresto. Fue un arreglo secreto, una entrega pactada, no menos fraudulenta y engañosa, de propósitos políticos o financieros o ambos.
Sigue tan protegido como antes, afirma entre otros Juan José Solís Delgado, periodista, profesor y bloguero de HuffPost Voces.
No solo él. Desde el comienzo, la información porporcionada por el gobierno desde el lugar de la captura daba lugar a más y más interrogantes, como lo recopiló Proceso. Si es cierto que "El Chapo" huía por túneles y se guarecía con portones de acero, ¿cómo lo capturaron en un dormitorio indefenso? Si fue en una fiesta, ¿cómo fue que hubo un solo participante más fuera de él? Si tenía 300 guardaespaldas, ¿donde se fueron? Si el hombre saltaba de una vivienda a otra, ¿por qué había en su departamento dos maletas rosa y muchos pares de zapatos?
La próxima duda: ¿le van a "dejar" escapar de la cárcel otra vez? Porque ya hubo una primera vez, cuando Guzmán salió tranquilamente de la celda 307 en el penal de Puente Grande, Jalisco, en enero de 2001, metido en un carrito de lavandería. Y en aquel entonces, la conspiración para permitirle salir, dijeron las autoridades, incluyó a "custodios, funcionarios y reos del penal", un total de 71 personas, de ellas 15 de la cárcel, según Excelsior.
El 68.8 por ciento de los encuestados en el sondeo nacional - una gran mayoría, en otras palabras - cree que sí, que podría volver a fugarse. Que lo va a hacer.
Pero no, dijo en este día Miguel Angel Osorio Chong, el titular de la Secretaría de Gobernación, o ministro del Interior de México. "Antes debe pagar por sus crímenes aquí".
En el contexto de prevención entonces, no sorprende que 55 por ciento está a favor de entregarlo a la justicia estadounidense y solo el 31 por ciento se opone, transmitió Radio Fórmula en el espacio de "Ciro Gómez Leyva por la mañana".
Hay más.
"El 70.2 por ciento de los encuestados" - escribe ADN Político - "opinó que durante los más de 13 años en los que Guzmán Loera estuvo prófugo contó con la protección de algunas autoridades; en tanto, el 11.4 por ciento rechazó que el capo haya recibido ayuda de funcionarios".
No es que los mexicanos no se pongan de acuerdo entre sí: es que entre sí, en conjunto y por enorme mayoría, desconfían de su gobierno. Hacen gala de un asombroso sentido común.
La ola de dudas, rumores y teorías conspirativas es tan prevalente que en muchos casos, se ha convertido en la noticia, como se ve en este blog de la red Al Jazeera. O en los 320,000 resultados en Google cuando se busca "Chapo" + conspiracy.
¿Cómo logra tanto Guzmán? Quizás aquí esté parte de la respuesta: es el número 67 entre las 100 personas más ricas del mundo, según la lista de la prestigiosa revista especializada Forbes.
Y como señala por ejemplo Jesusa Cervantes de Proceso, "Uno se pregunta, ¿puede el gobierno mexicano o el de Estados Unidos dejar que las 3,500 empresas creadas por El Chapo y distribuidas en cuatro continentes para lavar dinero, se vayan al traste?"
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