¿Hasta dónde llega la soberanía del individuo sobre su cuerpo, su vida, su existencia? ¿Cuál es la edad de la decisión final? Y, ¿cuál es el límite del horror?
Estas y similares preguntas surgen con la noticia de que los legisladores de Bélgica están debatiendo un proyecto de ley que permitirá la eutanasia de menores de 18 años.
En simples palabras, se despenaliza la acción médica: será legal para los médicos dar muerte a niños con enfermedades terminales, que sufran terribles dolores, que pidan dar fin a sus vidas, cuyos padres no se opongan y un psicólogo o psiquiatra certifique que saben lo que su decisión significa.
La propuesta de ley fue aprobada por una gran mayoría de 86 contra 44 y 12 abstenciones y tiene el apoyo del público: "un 74 por ciento de los ciudadanos son partidarios de la eutanasia infantil", dice El Mundo.
Los oponentes son las iglesias y algunos pediatras, y de gente que teme que los mayores obliguen a los niños a tomar la decisión. Un solo legislador gritó "asesinos" , durante la votación, cuenta Associated Press desde Bruselas.
El senado belga aprobó la ley en diciembre. Ahora, solamente falta la firma del Rey Felipe, una simple formalidad.
Un proponente, Hans Bonte, dijo que él y todos sus colegas esperan que la ley no se use jamás, pero que todos merecen el derecho de "despedirse de la vida en circunstancias humanas".
"A los niños hay que criarlos y protegerlos todo el camino, hasta el final, pase lo que pase", dijo Laurent Louis, un opositor. "No los matas".
¿Qué pasa si un padre está de acuerdo y el otro no? La legislación, se quejó la parlamentaria Catherine Fonck, no lo contempla.
Otro, Daniel Bacquelaine, médico y político, dijo que las decisiones sobre la muerte no deben ser solo de los adultos, y que la ley no obliga a nadie a causar la muerte.
La eutanasia - de adultos - es legal en Bélgica desde 2002. Y en Holanda es legal también para niños de hasta 12 años. El tercer país en el mundo donde la eutanasia es legal es Luxemburgo, otro vecino, según el Huffington Post.
En 2011 se practicaron 1,333 casos de eutanasia en Bélgica, y 1,432 en 2012, concentrándose en Flandes, una zona mayormente católica.