Obama se juega la presidencia

Obama se juega la presidencia
President Barack Obama walks along the Colonnade at the White House in Washington, Tuesday, Jan. 28, 2014, hours before giving his State of the Union Address before a joint session of Congress. (AP Photo/Carolyn Kaster)
President Barack Obama walks along the Colonnade at the White House in Washington, Tuesday, Jan. 28, 2014, hours before giving his State of the Union Address before a joint session of Congress. (AP Photo/Carolyn Kaster)

Faltan pocos minutos para que inicie el discurso anual del Presidente de Estados Unidos frente a una sesión conjunta de ambas cámaras del Congreso, cuando pronunciará el llamado "Estado de la Unión". Se trata de un discurso programático, en el cual el mandatario expica cuáles serán sus prioridades de gobierno y legislación en el año que se inicia, y a cuyo término se da la oportunidad al representante de la oposición para refutar lo dicho por el gobernante.

Una conjunción de factores políticos se han sumado este año para que el discurso sea el más importante en la presidencia de Barack Obama.

¿QUÉ PIENSAS? SI TIENES ALGO QUE DECIR, HAZ CLICK AQUÍ: NOS INTERESA TU COMENTARIO

De manera tal que mientras el frío en Washington es intenso, y el sur de Estados Unidos experimenta temperaturas bajas, tormentas de hielo, nieve y granizo sin precedentes, el clima en el Capitolio arde.

Obama ha perdido una importante porción de su popularidad desde su entusiasta reelección en noviembre de 2012. Después de cuatro años de intentos infructuosos de minar su imagen, la oposición republicana - implacable, feroz, insistente desde que asumió el poder el 20 de enero de 2009 - logró su cometido. Las encuestas arrojan ahora un apoyo a la labor presidencial de Obama de alrededor de 40 por ciento, un récord para él. Y lo lograron con la cooperación de la misma Casa Blanca, con el lanzamiento defectuoso del sitio de registro para los nuevos planes de seguro médico de Obamacare y al revelarse que muchos perderían las coberturas que tenían, contrariamente a la promesa de Obama.

En esta caída, el principal elemento fue la táctica republicana de oponerse a absolutamente todo lo que proponga Obama, aunque fuesen propuestas basadas en sus mismas filas, como lo es gran parte de Obamacare. Los republicanos tienen una mayoría en la Cámara de Representantes, suficiente para frustrar cualquier iniciativa demócrata. Y el público estadounidense culpa a Obama - al menos al igual que a la oposición - de un clima de parálisis legislativa e inoperancia ejecutiva.

Esto lleva, dicen los expertos, a que Obama quiera declarar el inicio de una nueva época, en la que utilizará al máximo los recursos de su autoridad ejecutiva, circunvalando al Congreso. Una senda no sin problemas propios. "Obama prometió modificar Washington cuando llegó al poder", dijo la analista de CNN, "y ahora simplemente quiere ignorarlo".

La percepción de toda su presidencia está en juego. Pero mucho más. En noviembre serán las elecciones de medio término, en la que los votantes elegirán a la tercera parte del Senado y la totalidad de la Cámara Baja. Y mientras que hasta hace pocos meses los analistas calculaban la posibilidad de que la alta popularidad de Obama lleve a que los demócratas recuperen la mayoría en esta última, ahora los mismos temen que la baja popularidad del mismo lleve a la pérdida de la mayoría demócrata en el Senado.

Tan es así, que la cadena CNN, en su programación previa al discurso, presentó al líder demócrata del Senado Harry Reid como quien podría muy bien perder su posición en menos de 10 meses.

Pero más todavía: ésta será la última vez en la que Obama hablará como dueño total de casa, como primero en la jerarquía nacional. El año que viene, ya estarán lidiando los candidatos para reemplazarlo en las elecciones de 2016. Para entonces, el intento de cambio será demasiado para el Presidente.

No menos dramática es la oportunidad para los republicanos, cuya guerra contra Obama se puede explicar en el contexto de la división entre su ala pragmática, o moderada, o tradicional, y la facción radical e intransigente llamada Tea Party. De ahí que la respuesta al discurso la darán, no uno sino tres representantes republicanos, incluyendo a dos del Tea Party. ¿Seguirán basando toda su estrategia en la aniquilación política de Obama para así no tener que concentrarse en su propia crisis? ¿O mirarán las encuestas de salida de las elecciones en donde los catalogaron como el "Partido del No" y los tacharon de poco serios y extremistas? Quizás la respuesta es: ambos. Porque la retórica republicana está reemplazando paulatinamente el odio hacia Obama con el odio hacia Hillary Clinton, la más probable candidata demócrata a la presidencia en 2016. Uno se pregunta solo hasta donde puede llegar una estrategia basada en la hostilidad.

Entonces, ¿qué será el discurso? Porque si bien está bajo la necesidad imperiosa de recuperar su influencia, Obama ya no necesita de la reelección y puede ser él mismo, trabajando para sus metas últimas, enfocándose en, como dice Associated Press: la movilidad económica y la brecha entre ricos y pobres".

Por eso, sus anuncios ejecutivos se concentrarán en el aumento del salario mínimo para contratistas federales - lo que ya trascendió esta mañana - así como la "capacitación laboral, seguridad en la jubilación y ayuda para que los desempleados de larga duración puedan hallar trabajo". Y lo acompañará con llamados al Congreso a legislar un aumento en el salario mínimo federal, algo a lo que los republicanos están firmemente opuestos.

Before You Go

Barack Obama

Obama al desnudo: la familia ante todo

Popular in the Community

Close

What's Hot