Latinos podrían impedir regreso republicano a la Casa Blanca

Pueden impedir el regreso republicano a la Casa Blanca
Sun Valley residents vote at the polling station located at Our Lady of The Holy Church on election day at the Sun Valley's Latino district, Los Angeles County, on November 6, 2012 in California. AFP PHOTO /JOE KLAMAR (Photo credit should read JOE KLAMAR/AFP/Getty Images)
Sun Valley residents vote at the polling station located at Our Lady of The Holy Church on election day at the Sun Valley's Latino district, Los Angeles County, on November 6, 2012 in California. AFP PHOTO /JOE KLAMAR (Photo credit should read JOE KLAMAR/AFP/Getty Images)

Parece increíble. Aunque faltan tres años hasta que un nuevo presidente juramente y un año o más antes de que se detecten de los primeros indicios de una campaña electoral, el tema de las próximas elecciones presidenciales ocupa un creciente lugar en los medios de comunicación.

Pero es un hecho. A Hillary Clinton la consideran no solamente una participante no declarada de la incipiente campaña, sino de plano la favorita entre los demócratas. De ahí los incesantes ataques contra su labor como secretaria de Estado: para debilitar su imagen.

Es un hecho: el interés desmedido por las acciones de Chris Christie como gobernador de New Jersey - la prensa lo acompaña a todas partes - se esfumaría si no fuese porque lo consideran principal candidato de los republicanos moderados.

Quizás sea la sensación de que los republicanos perdieron una batalla, pero no la guerra cuando Barack Obama fue reelecto. Quizás sea la repentina debilidad del mandatario en todos los sondeos. El hecho es que debajo de los acontecimientos del día, se aceleran los preparativos, la contratación de personal experto, las recolecciones de fondos, la construcción y destrucción de personajes, la definición de posiciones.

Para los republicanos, lo único que evitó su escisión entre radicales de la facción Tea Party y tradicionales fue la campaña de 2012 y el odio compartido contra Obama y todo lo que haga. Terminados los comicios, la esperanza de una revancha puede hacerles olvidar las diferencias.

Pero los mismos expertos republicanos, dice un análisis de Dan Balz en el Washington Post, reconocen que recuperar el poder es una lucha cuesta arriba. Porque aunquen tuviesen ventaja en la calidad de su candidatos (no la tuvieron la última vez), o en la situación económica (mejora y no pueden culpar de ello a los demócratas) o aunque desarrollen la campaña más eficiente (no la tuvieron con Mitt Romney) o adelantada tecnológicamente (no lo fue), hay un elemento en su contra que avanza y cambia y empeora y les hace las cosas más y más difíciles.

Es la demografía en los estados. El balance entre las llamadas "minorías étnicas" y los blancos. Entre personas de la tercera edad y jóvenes. Entre aquellos con mejor educación y los que cayeron en los primeros grados de escuela.

Así, Balz, quien ha cubierto la política estadounidense para el Post desde 1978, compara las tendencias electorales en los estados decisivos en los últimos 20 años y halla que en general, se ha reducido la ventaja republicana en aquellos que ganaron y aumentado la demócrata en los suyos.

"Entre 1992 y 2012 los demócratas construyeron una base electoral que se compara o supera a la de los republicanos. 18 estados más DC votaron por ellos en las últimas seis elecciones presidenciales, lo que hoy representa 242 votos electorales. Tres más con 15 votos electorales más votaron demócratas cinco de las últimas seis veces".

Para ganar las elecciones se necesitan 272 votos electorales.

En comparación, "los republicanos ganaron 13 estados en las últimas seis veces, con solo 102 votos electorales entre sí; el mayor es Texas, con 38. Cinco más votaron republicano cinco de seis veces, con 56 votos electorales adicionales... si se agregan los que votaron para uno u otro cuatro de seis veces, los demócratas tienen 281 votos electorales, los republicanos 219".

Históricamente, dice, han desaparecido estados contenciosos que se convirtieron en netamente demócratas: California, Illinois, Michigan, New Jersey, Pennsylvania. Y es cierto que 16 estados - mayormente los que pertenecían a la Confederación, los del Sur - son sólidamente republicanos, pero son estados de pequeña población y con ellos no alcanza.

¿Qué hay detrás de los números y análisis? Un factor más y más importante es el voto latino. La población hispana crece cada año en números y proporción en cada estado. Y aunque solamente 1 de cada 3 ciudadanos latinos vota, su influencia mueve el fiel de la balanza. Lo haría mucho más si más ciudadanos que son latinos votasen.

Un 71% de los votantes latinos apoyaron en 2012 al candidato demócrata. Y su voto demócrata ha sido constante. El más bajo: cuando Jimmy Carter perdió ante Reagan y recibió el voto de 56% de los hispanos. Era 1980.

La principal tendencia demográfica entre los latinos es que se expanden fuera de los estados tradicionales, como acota un estudio de Pew Hispanic de agosto pasado.

Y a pesar de que el 60 por ciento de los hispanos se concentran en California, Texas, Nueva York y Florida, crecen rapidamente en Alabama (145% entre 2000 y 2010), South Carolina (144%), Tennessee (131%), Kentucky (119%), Arkansas (117%), North Carolina (111%), South Dakota (109%), Maryland (107%), Mississippi (104%) y Georgia (97%), dice el College Board.

Más aún: según cifras del Censo de 2010, si bien los latinos constituyen el 16 por ciento del total de la población, son más del 39% del crecimiento entre niños de hasta 16 años, son el grupo de mayor crecimiento, y el 90% de los niños latinos que tendrán 18 años en 2016 nacieron aquí, es decir, tienen derecho al voto.

Fuerza es recalcar que cualquier predicción sobre el resultado de elecciones, especialmente las presidenciales de EE.UU., es parcial. Todo puede cambiar: una gran diferencia en los miles de millones de dólares invertidos; un candidato que se hunde y otro que surja, eventos nacionales e internacionales. No olvidemos que lo que hacen los expertos es tratar de predecir el futuro con base en el pasado. Ni que los profetas no existen. Pero la tendencia demográfica es inexorable.

Before You Go

Voto latino

Popular in the Community

Close

What's Hot