Hace un año exactamente. La Navidad de un pequeño pueblo en Connecticut cambió para siempre. 20 niños y seis maestros murieron, de la forma más absurda posible, en la escuela Sandy Hook el 14 de diciembre del 2012.
Las familias siguen viviendo con el dolor, la ausencia, las memorias de esos inocentes que se fueron. Una manera de rendirles homenaje ha sido el lanzamiento de un nuevo cibersitio —http://mysandyhookfamily.org— en el que cada familia puede compartir información acerca de cómo rendir rinde tributo a las víctimas.
El atacante, Adam Lanza, primero mató a su madre en su hogar en Newtown antes de ir a la escuela, donde desencadenó la matanza. Se suicidó cuando llegaba la policía.
En Santa Rosa de Lima, la iglesia católica donde se llevó a cabo el funeral de ocho niños, el servicio incluyó la dedicatoria de un arco conmemorativo y el tañido de las campanas de la paz. El religioso Robert Weiss dijo que planeaba mantener la iglesia abierta 24 horas en el aniversario del ataque para brindar a todos un lugar donde orar.
Miembros de la familia en un vigilia con velas en recordación a las víctimas de Sandy Hook en Newtown, Conn.
Llanto, dolor, impotencia. Se aprende a vivir con la ausencia de esos niños que partieron en una de las más masacres más inexplicables en Estados Unidos. 
Erica Lafferty, quien perdió a su hija, Dawn Hochsprung, a la derecha, trata de consolar a Carlee Soto, hermana de la maestra, Victoria Soto , quien también murió a manos del pistolero. 
Jimmy Greene, a la izquierda, besa a su esposa Nelba Marquez-Greene mientra sostiene, inmersa en el dolor una foto de su pequeña hija, Ana Marquez-Greene, otra de las víctimas inocentes de Sandy Hook. 
Velas junto a una estatua de la Virgen María. Sólo la fe puede ayudar en momentos así de tragedia, de pérdida.
Memoriales improvisados a lo largo del pequeño pueblo de Newtown en honor a las 26 víctimas
Esta imagen es difícil de olvidar. Minutos después de la masacre, las familias desesperadas buscaban por sus niños, por sus familiares. Carlee Soto, la hermana de Victoria Soto, la maestra hispana que murió en el tiroteo, no podía creer que su hermana había sido una de las víctimas.
Otra imagen imposible de olvidar. Los niños tratando de abandonar la escuela primaria Sandy Hook mientras el pistolero masacraba en su interior y acababa con la vida de 20 inocentes y seis miembros del staff del centro estudiantil.