Hunter Yelton es un niño de seis años. Sonríe a la cámara. ¿Qué puede entender de las cosas de la vida? Tendrá que comprender a la fuerza, porque sus faltas, errores, problemas de aprendizaje y confusiones a la hora de jugar adquieren, para los mayores, dimensiones espantosas, aterradoras.
La Lincoln School of Science & Technology, una escuela primaria del estado de Colorado, cercana a Colorado Springs, suspendió a Hunter por dos días. Luego presentó contra él una demanda de abuso sexual. Una demanda que, sea cual fuese el veredicto, quedará en su historial para el resto de sus días.
¿El crimen, el delito, la infamia? Hunter besó a una niñita de su clase. En la mano.
Difícil de creer, pero cierto. Y cuando un reportero pidió explicaciones a Robin Gooldy, el superintendente de escuelas de la región de Cañon City, no tuvo problemas en expresar, escribe Kelly Wallace de CNN que "la foja de Hunter quedará en poder del distrito, y su conducta se ajusta a la descripción de abuso sexual de la escuela, que incluye tocar sin permiso.
"Nuestro principal interés es que la conducta cese porque no se trata nada más de que hubo que disciplinarlo, sino de que la estudiante - otra niña de seis años - que recibió esa conducta contra su voluntad... tenemos que pensar acerca de ambos estudiantes".
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Sí, en el pasado Hunter ya había besado a la niña, en la mejilla. Y la madre de ésta, Jade Masters-Ownbey, maestra en el mismo distrito escolar, salió a la prensa defendiendo la suspensión. "Hunter trató de besarla más de una vez sin el permiso de ella", alegó.
Pero la mamá de Hunter, Jennifer Saunders, aunque comprendió lo de la suspensión, por un día, se quejó, una y otra vez, ante cualquier medio que la escuchase de que su hijo es desde ahora un depravado, criminal sexual allí donde vaya. "Esto es llevar las cosas a un extremo que no debe existir hacia un niño de seis años... Ahora mi hijo hace preguntas, '¿mamá, y qué es el sexo?'"
Y la escucharon. La noticia dio la vuelta al mundo. El director de la escuela se echó atrás, también se lavó las manos y dijo que es el superintendente quien tiene que remover el término acoso sexual del prontuario de Hunter. Acosaron de preguntas al superintendente. No las contestó.
Su desafío duró un día.
Este jueves, en un comunicado oficial y lenguaje burocrático, la oficina del superintendente de escuelas dio a conocer que se había cancelado la suspensión del niño de seis años. Gooldy anunció que luego de una reunión con los padres de Hunter, en lugar de "acoso sexual", su récord dirá "mala conducta".
"Es una cuestión interna de la escuela, no se llamó a la policía y no se presentaron cargos criminales", se defendió.
¿Y el niño? "Hice algo malo, lo siento", reconoció ante la prensa. Sí, porque al niño lo entrevistaron.