Hace poco más de dos semanas informábamos acerca del caso de una mesera, la latina Dayna Morales, que no recibió propina porque la familia que ella atendió se oponía a "su estilo de vida gay". El caso fue el segundo similar en pocos días y atrajo la opinión pública sobre los casos de discriminación cotidiana que muchos aún sufren en Estados Unidos. Lo publicamos aquí, y tuvo muchas lecturas y comentarios.
Ahora, parecería que el relato no era cierto. Que la realidad es distinta, que la familia sí dio propina y que afirma que todo fue un malentendido que podía haberse evitado.
Parecía parte de una tendencia que se generalizaba: personas de ideas retrógradas y faltos de educación, pretenciosamente castigan a quien les da servicio en un restaurant porque no les gusta su "estilo de vida". Un mes antes sucedió en un restaurant italiano en Kansas, cuando una autodenominada "pareja cristiana" dejó, en vez de propina, un largo mensaje recriminatorio a quien les sirvió la comida.
Y en un restaurant Applebee, en el mismo estado, este enero, una ministra protestante dejó en vez de propina la siguiente nota: "si yo le doy a Dios 10 por ciento, ¿por qué te tengo que dar 18?"
De modo que este caso parecía confirma la tendencia. Como dijimos en nuestra cobertura, Morales contó su traumática experiencia y publicó el recibo que demostraba el caso en los medios sociales.
Pero la familia implicada, al enterarse del furor causado, se comunicó con la estación de NBC en Nueva York para desmentirlo y mostró a los reporteros la copia del recibo.
Incluso enseñaron la copia del recibo de banco que demostraba que la suma total - el costo de la comida más la propina - se había retirado de su cuenta. Por otra parte insistieron en mantener el anonimato.
En entrevista, la pareja dijo que creían que alguien engañó a la mesera, o le hizo una broma pesada. "Nunca vamos a no dejar propina si nos dan buen servicio, y nunca vamos a dejar una nota como ésta", dijo la mujer.
Es más, dijo el esposo, ambos trabajaron en restaurantes y conocen la importancia de dejar propina. Y apoyan el matrimonio gay.
Morales insistió en su versión de que no recibió propina y dijo que ella no había escrito la nota. El restaurant dijo que tenía el recibo original pero se negó a enseñarlo. Finalmente, el administrador del lugar dijo que se había iniciado una investigación interna para averiguar lo que había pasado.
¿Entonces? ¿Alguien se burló de Morales? De todos modos, la ola de simpatía por la mesera despertó conciencia de la discriminación y prejuicios de la gente, sea quien fuere quien anotó las palabras ofensivas. Y Morales recibió al menos 6,000 dólares en contribuciones de simpatizantes, que prometió donar a una buena causa, junto con más fondos que donaría la administración del restaurante, en solidaridad.