Obama pasa por el peor momento de su presidencia

El peor momento de su presidencia
President Barack Obama closes his eyes as he listens to offerings of prayers at the National Prayer Breakfast in Washington, Thursday, Feb. 7, 2013. While speaking, the president said he hopes they maintain the morning's bipartisan spirit a little longer. (AP Photo/Manuel Balce Ceneta)
President Barack Obama closes his eyes as he listens to offerings of prayers at the National Prayer Breakfast in Washington, Thursday, Feb. 7, 2013. While speaking, the president said he hopes they maintain the morning's bipartisan spirit a little longer. (AP Photo/Manuel Balce Ceneta)

Si las elecciones fuesen hoy, los republicanos ganarían por 49 a 47 por ciento.

Qué fluida, fluctuante, inestable es la opinión pública.

Hace poco, parecería semanas, la estrella de Barack Obama brillaba con todo su esplendor. Había ganado holgadamente la reelección pese a una campaña de hostilidad sin precedentes. Sus rivales políticos ponderaban cambiar su actitud y apoyar la reforma migratoria, un acuerdo presupuestario, abrir una nueva página. Una minoría radical e intransigente dentro del partido de oposición lo impidió. El público los consideraba extremistas y las encuestas pronosticaban que en noviembre de 2014, cuando se someterían a elección todos los 435 puestos en la Cámara de Representantes y la tercera parte del Senado, los demócratas obtendrían una mayoría en ambas y podrían llevar a la práctica su agenda política.

Después vino la debacle de Obamacare.

Más que nada, un sitio de internet que no funciona. Y centenares de miles de personas que recibieron notificaciones de que ya no tenían seguro médico. Lo contrario de lo prometido personalmente, ante millones, por Obama. Y vinieron las respuestas balbuceantes del gobierno.

La propaganda, la guerra electoral incesante lanzada por la oposición desde que se legisló Obamacare en 2010 de pronto tuvo oyentes atentos. De pronto se le pegó al mandatario un hálito negativo.

Así fue como la nueva encuesta de CNN/ORC International, publicada este martes 26 de noviembre indicó que de realizarse hoy las elecciones de medio término, los republicanos ganarían. Lo dicho: 49 a 47 por ciento.

Solo un mes atrás - ¡un mes! - los demócratas tenían una ventaja estadística de 50 por ciento contra 42, en un sondeo en el que se les pidió a los participantes decir si apoyarían a un republicano o a un demócrata en comicios para el Congreso. Un cambio, como dice la publicación especializada The Hill, del 10 por ciento.

Sí, eran otros tiempos. Obamacare todavía era una promesa y los republicanos se habían dañado a sí mismos al llevar al cierre del gobierno y negarse a aprobar el pago de la deuda nacional. Muchos los veían como fanáticos o extremistas. Eso cambió por una percepción del Presidente como poco sincero, o como incapaz.

Encuestas de Quinnipiac y de Fox News dieron resultados similares: los demócratas tienen problemas, a causa de la pérdida de popularidad de Obama.

Y el presidente lo sabe, y dijo hace un par de semanas: "No hay duda de que nuestro fracaso en implementar la Ley de Cuidado de Salud de Bajo Precio de manera suave y pareja tiene un precio para los demócratas, estén o no sometiéndose a elecciones, porque insistieron en apoyar este esfuerzo".

Más malas noticias para Obama: la encuesta indica que el apoyo al presidente bajó a 41 por ciento, el punto más bajo de su presidencia. Y que la mayoría de la gente cree que términos como "honestidad" y "confianza"... no son para él.

Un elemento importante que señala la encuesta, dice CNN, es que ambos partidos tienen fuerte apoyo por parte de sus bases naturales y permanentes. Las diferencias, entonces, se acentúan.

"Parece que el aumento de apoyo para los republicanos viene de votantes blancos, estadounidenses de ingresos más altos, y de gente que vive en las áreas rurales, mientras que los demócratas tiene más apoyo de votantes no blancos y de gente de más bajos ingresos", dijo el director de Encuestas de CNN Keating Holland.

Es decir, lo apoyan quienes se benefician con sus políticas. Lo rechazan aquellos a quienes los cambios no afectan.

Si estos resultados se mantienen durante un año más los dos últimos años de Obama serían más difíciles y las probabilidades de que un demócrata (Hillary Clinton, por ejemplo) llegue a la Casa Blanca en 2016, menores.

En la actualidad los demócratas tienen una mayoría de 55 a 45 en el Senado, pero los republicanos los superan por 17 escaños en la Cámara Baja. Hasta 2010 la mayoría en ésta estaba en manos demócratas, pero en las elecciones de aquel año los republicanos tuvieron una ventaja de 63 escaños.

Por supuesto, para los republicanos éstas son excelentes noticias. Sus portavoces cantan victoria y se mofan de las profecías por parte de sus rivales de que su agrupación estaba herida de muerte.

El resultado es importante porque confirma cuál será el tema de campaña de todos los candidatos republicanos en noviembre próximo, en todos los puestos: la supuesta derrota y la lucha contra Obamacare, como explica este análisis de Reuters.

Y aunque pocos dudan de que el sitio de internet de la ley de salud mejore y que se corrijan muchos los errores del lanzamiento, la percepción del fracaso será muy, muy difícil de cambiar.

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