Pasó casi un año desde aquella nefasta mañana, cuando Adam Lanza mató a su madre, se encaminó a la escuela Sandy Hook de Newtown, Connecticut y asesinó a 20 niños y seis adultos.
Hoy, el procurador general del estado Stephen Sedensky dio a conocer el informe final de la investigación de lo acontecido, un documento largamente esperado. Las expectativas eran mayúsculas; se creía que el documento iba a explicar, ante todo, por qué Lanza llevó a cabo su macabra hila de homicidios.
Pero el reporte no lo explica. En realidad, ni siquiera se publicó el informe en sí, sino solamente un resumen de tan solo 48 páginas.
El informe tampoco explica por qué, durante tantos meses de investigaciones, las autoridades locales se negaron a proporcionar detalles cruciales de las mismas a la prensa e incluso a los jueces, argumentando que al hacerlo estaban protegiendo a los familiares de las víctimas.
En efecto, los padres de los niños asesinados han sufrido incontables ataques en los medios sociales del internet y personalmente por quienes, de manera inexplicable, increíblemente piensan que el ataque fue un engaño. Que nunca sucedió. Que se trata de un - o de otro - complot imaginario del gobierno para que la gente rechace el derecho a la tenencia de armas de fuego por parte de civiles.
Pero la negativa de las autoridades de publicar información adicional está siendo fuertemente criticada por los medios de comunicación y las organizaciones de derechos civiles, y se están presentando demandas judiciales para dar acceso al material, tal como es práctica en otros casos. El informe completo consta de miles de páginas y más de 700 archivos de evidencias. Las autoridades, por ejemplo, rechazaron el pedido de Associated Press, con base en la Ley de Libertad de Información, de dar a conocer las grabaciones de las llamadas desde la escuela al servicio de emergencia 911 alegando que su difusión puede afligir más a los familiares. Pero los críticos dicen que esa es la naturaleza de todas las llamadas al 911 en casos de crímenes y que la persistente negativa despierta sospechas de que las autoridades tienen algo que ocultar.
Adicionalmente, la Legislatura de Connecticut apoyó la política del secreto y aprobó leyes que limitaron en este caso preciso la publicación de información, incluyendo el camino elegido por el asesino para llegar a la escuela.
El asesinato masivo se politizó a tal manera que las víctimas, los sobrevivientes, son considerados por una minoría de lunáticos como victimarios y co-conspiradores.
Finalmente, Sedensky informó que no habrá más investigaciones, ni arrestos, ni se publicará más material.
El informe dice muy poco sobre las circunstancias, sobre el entorno o el momento en que ocurrió ese crimen inenarrable, el 14 de diciembre de 2012.
Lamentablemente, Lanza no está para poder ser investigado y llevado a la justicia. Se quitó la vida cuando llegaban los policías, cobardemente, cuando ya no pudo seguir segando vidas de inocentes y desarmados.
El documento no establece el o los motivos de Lanza, o cual fue el factor desencadenante. O por qué se dirigió a la escuela primaria Sandy Hook, sin otra razón a la vista que ésta se hallaba cerca de su domicilio. O por qué mató a los niños. De niño, entre 1998 y 2003,
Lanza fue alumnos de esa escuela, pero siempre decía que la recordaba con cariño, según el New York Times.
Pero la investigación sí estableció que Lanza poseía legalmente y utilizó para la hecatombe cinco armas de fuego, que se encontraron en distintos lugares de su recorrido de la muerte:
Se trata de un rifle semiatuomático Bushmaster hallado en la misma sala de clases que su cuerpo; una pistola Glock 20 de 10 mm con la que se mató el asesino; una pistola adicional, Sig Sauer de 9 mm, hallada en su bolsillo; una escopeta Izhmash Saiga de 12 balas hallada en el automóvil con el que llegó a la escuela; un rifle Savage Mark II hallado cerca de la cama donde mató a su madre, Nanzy Lanza.
Todas, otra vez, compradas legalmente. En más de un caso, como regalo por la misma madre, que había dejado de trabajar para estar con su hijo y cumplir sus necesidades.
También nos cuenta que Lanza se pasaba largas horas jugando juegos de video - tanto violentos como no violentos - incluyendo prácticas electrónicas de tiro contra su madre. Que tenía una hoja de cálculo electrónica con información técnica sobre una serie de asesinatos en masa. Que no había salido de su casa durante los últimos tres meses de su vida. Que no le hablaba a su madre, pero sí le enviaba correos electrónicos.
Entre tanto, la escuela Sandy Hook fue demolida, para tratar de borrar de esa manera las terribles escenas que se vivieron en sus aulas, en donde Adam Lanza, de 20 años, disparó 159 balas para matar a tantos niños y maestros.
Y la familia de Victoria Soto, la maestra muerta por el asesino cuando trataba de proteger a los niños con su cuerpo, dio a conocer un comunicado en el que dice lo siguiente:
"Hemos leído el informe, sí. No, no podemos comprender todavía porqué sucedió. No sabemos si alguien lo comprenderá algún día. No sabemos si podremos reponernos algun día. No sabemos si habrá un sólo día sin este dolor. No sabemos si habrá algo que tenga sentido común".
Before You Go
