Conrado Juárez, quien ahora tiene 52 años, y quien admitió haber abusado sexualmente y matar a una niña hispana de cuatro años en 1991, a quien se le bautizó como "Baby Hope", se declaró inocente en una corte de Nueva York.
Juárez desmembró el cuerpo de Anjélica Castillo y lo colocó en el interior de un cooler, que fue abandonado en una zona de bosques en el norte del país.
Los protagonistas de la horrible historia fueron Conrado Juárez -quien confesó su culpabilidad- y la madre de la pequeña -de nacionalidad mexicana- y quien estuvo de acuerdo en que el asesino abandonara el cuerpo de la víctima en una hielera en el área de Henry Hudson Parkway en Nueva York.
Juarez vivía actualmente en Bronx, pero en 1991, cuando ocurrió el asesinato, la familia residía en Queens. El cuerpo de Anjélica Castillo fue descubierto por la policía el 23 de julio de 1991 en Henry Hudson Parkway y el caso se convirtió es una especie de obsesión para los detectives.
Cientos de personas asistieron a un funeral -organizado por la propia policía- en 1993 para la niña desconocida, quien ya había sido bautizada bajo el nombre "Baby Hope". El cuerpo fue creamado en el 2007 y se ejecutaron pruebas de ADN, las cuales se volvieron a repetir en el 2011 y finalmente condujeron a encontrar a la madre de la menor y armar el árbol de familia.
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