Danny García jaló todos los focos de atención en sólo 18 meses. Este crecimiento profesional tan acelerado le trajo más contras que pros.
El joven campeón Superligero de la Asociación Mundial de Boxeo y del Consejo Mundial de Boxeo, que a sus 25 años logró importantes victorias ante peleadores de la talla de Érik Morales – en dos ocasiones, la última con un importante nocaut en cuatro rounds – el estadounidense Zab Judah, el británico Amir Khan y en su última salida una sorpresiva victoria sobre el pegador argentino Lucas Matthysse.
“Si hay ese sentimiento de ser poco valorado, me sorprende porque soy dos veces campeón, sigo invicto y aún así mis rivales son los favoritos. Vencí a un gran pegador como Lucas y seguramente para mi siguiente compromiso pasará igual, el otro será el favorito”, dijo a HuffPost Voces el campeón mundial a una semana de haber vencido a 'La Máquina', en un pleito en donde el sudamericano era amplio favorito.
García, entrenado por su padre Ángel García, insistió que la falta de reconocimiento no lo afecta tanto, pues lo toma como motivación para salir delante de pleitos tan complicados como lo fue el de Matthysse.
El peleador de origen boricua comentó que a pesar de esas condiciones él sigue demostrando con trabajo ser digno de una posición de privilegio dentro de los campeones libra por libra.
“El trabajo me respalda y lo seguiré haciendo de la misma manera. Pues aún tengo mucho que desarrollar, que aprender. La experiencia acumulada se refleja en el ring”, abundó Danny, nacido en Filadelfia.
Con un récord de 27-0 con 16 nocauts, Danny García aseguró seguirá trabajando fuerte para seguir en ese sitio de privilegio, por lo que no importa cuantas veces tenga que sorprender al mundo del boxeo.