¿Familiares difíciles? Neutraliza sus vibraciones negativas

¿Familiares difíciles? Neutraliza sus vibraciones negativas

“¡Qué suegra que me ha tocado!”, “Detesto a la madre de mi esposo”, “Odio a mi cuñada” ¿Quién no ha escuchado, o deslizado, palabras semejantes en medio de una conversación? Hay ocasiones en que la relación con la familia política se convierte en una auténtica batalla campal, aún habiendo buena voluntad y un sincero afecto de por medio.

Muchas madres sienten que el hijo que contrae matrimonio las abandona, y no pueden evitar sentir (muchas veces inconscientemente), que sus nueras o yernos son culpables de ese desamparo. Esta sensación normalmente no tiene que ver con la desdichada nuera, o yerno… ¡no es algo personal!, es simplemente, un sentimiento que no puede evitar.

También sucede con las cuñadas, que además de identificarse con el sentimiento de abandono de sus madres, sienten ellas mismas celos de la pareja de su hermano o hermana. Sea cual sea el origen de la rivalidad, se desata una lucha sin cuartel contra el “invasor” que ha llegado a “robar” al inocente ser querido… ¡que les pertenece!

En muchos casos, algunas mujeres sienten que deben competir afectivamente contra las otras mujeres que integran la familia de su esposo (suegra y cuñadas). Una competencia, desleal, por ocupar el primer lugar en un ranking de afecto que no debiera siquiera existir, ya que cada uno ocupa espacios diferentes en la vida del “objeto de los celos”.

Aprende a conciliar la relación con tu familia política sin gritos, disputas, ni concesiones arbitrarias con estas sencillas técnicas:

Usar alguna prenda de color rojo, o bien una gema como el granate o cuarzo rosa brindará una suficiente dosis de seguridad interior, que ayudará a enfrentar sin miedo a los “difíciles”. Otra posibilidad a tener en cuenta: rociar los ambientes del hogar con unas gotas de aceite esencial de limón, ayudará a tener el control psíquico del hogar, rechazando todo tipo de agresión o mala vibra que se pueda recibir por parte de los familiares entrometidos.

También puedes trabajar con visualizaciones positivas, como se describe a continuación:

En un lugar tranquilo, repasa mentalmente las actitudes o gestos que te molestan de los demás, dotando a la imagen de un color, el que quieras; luego de ello, imagina que una luz blanca invade esa visión, hasta transmutar por completo el color original hasta el blanco. Repite la siguiente frase: “Decreto un intercambio armónico entre… (el nombre de la persona) y yo. Transformo la agresividad en comprensión, el recelo, en afecto”.

Si por el contrario, eres tú quien no puede evitar sentimientos de rechazo o rencor hacia un familiar, sintetiza los sentimientos que te invaden en una sola frase: “no la quiero”, “la rechazo”, etc. A continuación visualiza tu cuerpo rodeado de luz blanca, con una sensación de paz y tranquilidad y repite: “Transmuto este pensamiento negativo (“no la quiero”, por ejemplo), por este otro: “Estoy dispuesto a brindar lo mejor de mí y abrir mi corazón a….(el nombre de la persona)”.

Las situaciones tensas pueden estropear no solo momentos del día, reuniones familiares, sino tornarse en un rencor permanente. Las dificultades que encontramos en las relaciones con la familia política son en definitiva, un aprendizaje del cual podemos extraer una actitud sabia: flexibilizar también nuestras propias actitudes rígidas, después de todo recordemos que para bailar el tango, hacen falta dos.

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