Wesley Warren Jr., mejor conocido como "El hombre con el escroto de 132 libras", tiene dos objetivos en este momento: Buscar dinero y decir la verdad.
En mayo de 2008, en un accidente en su casa, el hombre residente en Las Vegas se dio un golpe en su testículo derecho. "Me desperté la mañana siguiente y mi escroto estaba del tamaño de un melón", le dice a Marc Lamont Hill en HuffPost Live. "Mi infierno personal estaba apenas comenzando".
Con cada mes que pasaba, el escroto de Warren crecía 3 libras o más. Y sin seguro médico, tenía poca oportunidad de encontrar ayuda, hasta que se dio a conocer internacionalmente por su extraño bulto.
Warren no podía usar pantalones. Para sostener su órgano sexual del tamaño de una sandía, usaba una sudadera con capucha a manera de pantalón, improvisaba colocando sus piernas por donde se supone entran los brazos, convirtiendo la capucha en un cabestrillo para su escroto.
"Hasta cuando me ofrecían ayuda era difícil", le dice a HuffPost. "Mi escroto era tan grande que no me podía montar en un avión. Estaba demasiado grande como para usar el baño de un avión".
El canal TLC mostró el caso de Warren en "The Man With the 132-Lb Scrotum" ("El Hombre con el escroto de 132 libras"). Ya pasaron cinco meses desde que Warren tuvo cirugía para retirar el exceso de tejido en su ingle. Pero aún en este momento se le hace difícil revivir esos momentos.
"El show es terriblemente real para mí", dice el hombre de 49 años relatando cómo labores simples como caminar o ir al baño, se convirtieron en algo imposible.
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Wesley Warren: el hombre del escroto de 132 libras
Warren recaudó dinero de todas las maneras posibles. El locutor de radio Howard Stern le pidió a sus escuchas que ayudaran a enviar a Warren a ver al Dr. Joel Gelman, un urólogo de California especializado en linfedema del escroto, un desorden que hace que el escroto aumente a un tamaño extremadamente grande por la acumulación de líquido linfático y tejido.
La operación tomó 13 horas. Warren entró de 552 libras y salió con 200 libras menos. El Dr. Gelman encontró que su pene estaba enterrado bajo una gran cantidad de tejido.
Warren aún debe recuperarse, y necesita más cirugías. No tiene deseo sexual y poco o nada de testosterona como resultado de su condición.
"Imagina si hubiera sentido deseo", dice Warren. "No hubiera podido hacer nada al respecto. Eso hubiera sido un infierno personal". Puedes leer más de este caso aquí.
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