No solo nos sentamos a comer para alimentar nuestros cuerpos, sino por la conexión y emociones que sentimos con los nuestros a la hora de ir a la mesa del comedor, según el estudio El Consumidor Latino Multicultural, realizado por The Hartman Group y MSLGROUP.
Comparados con los no latinos, nos preocupamos 10 veces más porque el momento de la cena sea uno respetado y de compartir con la familia (32 por ciento vs. 22 por ciento). El estudio también reveló que los latinos:
- Prefieren elegir alimentos frescos sobre los envasados (82 por ciento)
- En comparación al año pasado, hoy compran más productos locales (51 por ciento)
- Consumen comidas según su país de origen (63 por ciento)
Las compañías pudieran estar desaprovechando la oportunidad de mencionar cómo lo que consumimos nos ayuda en plan familiar, dice Vickie Allande-Fite, quien lidera la división de Especialidad Multicultural de MSLGROUP. Es decir, no solo consumimos algo porque se nos dice que es nutritivo, sino porque se nos deja saber cómo beneficia a la familia (mientras más años vives, más tiempo podrás compartir con ellos).
"Elegimos ingredientes frescos, ante todo, porque creemos que ofrecen el mejor sabor y la mejor experiencia para la familia. Vamos a la tienda de la esquina en vez de a supermercados generales no solo porque es conveniente y su gente es amable, sino porque tiene disponibles esas especias favoritas que consideramos esenciales para celebrar adecuadamente los recuerdos y sabores que asociamos con esa receta que ha pasado de generación a generación", añade Allande-Fite.
Otros datos del estudio muestran que los latinos comen solos en menos frecuencia que los no latinos (38 por ciento vs. 47 por ciento), y un 63 por ciento consume productos orgánicos.
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