Por cada persona con dinero que probablemente desecha más de la mitad de la comida que compra y no consume, hay una cifra alarmante de niños en Estados Unidos, quienes no están seguros si ese día tendrán un bocado para llevarse a la boca.
Ni siquiera se habla de la hambruna en África o en América Latina. Se habla de menores estadounidenses que se van a la cama con hambre porque falta un plato de comida o porque sus niveles de alimentación son tan precarios que se considera desnutrición.
El estudio de Feeding America enfatiza los condados más afectados a nivel nacional y muestra estadísticas a nivel local para que organizaciones estatales puedan trabajar efectivamente el problema.
La investigación fue posible gracias a la fundación Howard G. Buffett, que combate la pobreza a nivel internacional.
El condado de Los Ángeles está considerado entre los "más inseguros" cuando se trata de la alimentación infantil. Se estima que hay 643,640 pequeños que sufren hambre, número que duplica al condado que viene en segundo lugar.
Feeding America lanzó también un mapa interactivo que muestra los índices de "inseguridad alimentaria", la cual está definida por este grupo como aquellos hogares donde sus miembros no tienen acceso de forma consistente a niveles de nutrición, que le permitan llevar una vida saludable.