Antonio Villaraigosa dice que quiere ser gobernador de California

Antonio Villaraigosa dice que quiere ser gobernador de California, ¿o no?

El alcalde saliente de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, contestó este miércoles una interrogante que muchos analistas se hacían desde hace años: la de cual será su próxima estación política.

En una entrevista de media hora con la estación de radio KPCC, que se puede escuchar aquí, el líder hispano reveló que se postulará para gobernador de California.

Lo de este miércoles fue una confirmación, sí, de un rumor. Hace dos semanas comenzó a hacerlo correr.

De esta manera se pone - por ahora, como se verá - fin a la lista de posibles puestos ambicionados por el mexicoamericano, que se barajaron desde que asumió el poder municipal el 1 julio de 2005.

La especulación sobre el próximo puesto que podría ambicionar fue casi inmediata. Que iba a postularse para senador y ya estaba recolectando fondos de campaña. Fue líder teórico de los precandidatos a gobernador en 2010 hasta que el presente titular, Jerry Brown, anunció su interés por el puesto. Luego, mantuvo conversaciones en febrero de este año con la Casa Blanca respecto al puesto de secretario de Transporte u otro puesto en el gabinete de Obama.

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Como se dice por aquí, el cielo era el límite.

Cuando se pensaba en un futuro candidato presidencial latino, se pensaba en él.

No pasó nada y todo era detrás de las bambalinas. Ahora lo dijo abiertamente.

Así fue el comentario del edil:

“Usted mencionó gobernador. Mire, yo creo en el servicio público. Quiero postularme para gobernador. De hecho, tengo la expectativa total de hacerlo... le diré algo. Jamás tendré un cargo como éste (el de alcalde). Esta ciudad me dio mucho más de lo que yo podría haber esperado”.

Villaraigosa entregará el cargo al concejal Erik Garcetti el 1 de julio.

La victoria de Villaraigosa en 2005 contra el entonces titular James Hahn fue un parteaguas. Galvanizó, entusiasmó a la comunidad. Simbolizó el ingreso de la nueva generación de hispanos a las altas esferas del gobierno. Se hizo nacionalmente famoso por su sonrisa, sus acciones como alcalde, sus discursos y comparecencias y finalmente, su separación y divorcio a raíz de una relación extramarital con una periodista.

Esto último, claro, perjudicó su imagen. Pero no lo dañó tanto como el transcurrir de los años, o el peso de los problemas cotidianos y casi irresolubles de una urbe complicada como Los Angeles.

Pero el simbolismo de su victoria, la juventud y especialmente las promesas que hizo tanto durante la campaña electoral como en su discurso de toma de posesión - se puede leer el texto completo aquí - generaron una enorme expectativa de optimismo. Se venían mejores tiempos para los angelinos, para los hispanos, para la nueva generación.

Sueñen conmigo, pidió el nuevo alcalde. E intercaló estas frases en español en su alocución de inauguración:

¡Que lindo es este pais!
Yo soy prueba de que los Estados Unidos es un pais de oportunidades y libertad.
¿En que otro pais del mundo podria yo estar frente a ustedes como el alcalde de una gran ciudad?
Los invito que sueñen conmigo.

Sin embargo, las promesas no pudieron ser cumplidas, el tiempo transcurrió, su imagen quedó lastimada.

A pesar de ello, Antonio Villaraigosa sigue siendo uno de los líderes latinos por excelencia en Estados Unidos y una de sus grandes promesas.

Todo es posible.

Sin embargo, una segunda mirada muestra que el camino a la casa de Gobierno en Sacramento no será fácil. De hecho se ve muy difícil. Las próximas elecciones a gobernador se vienen en un año. Y por lo que se sabe el titular Jerry Brown podría querer seguir en el gobierno. Su popularidad - 58 por ciento según una encuesta del instituto Field en febrero de 2013 - casi asegura que no tendrá contrincantes. Esto, si se confirma, deja a Villaraigosa en la espera para la próxima vez, en 2018, cuando otros candidatos podrían ser el ambicioso vicegobernador y exalcalde de San Francisco Gavin Newsom y la procuradora estatal Kamala Harris.

Más problemático aún es que el todavía alcalde necesita una fuente de ingreso. Al parecer, no tiene un peso.
En una entrevista con la emisora KNX 1070 que se puede escuchar aquí,

Jill Stewart, la polémica editora del LA Weekly, dijo que el alcalde no había ahorrado durante sus ocho años en el puesto. No tiene casa - va a alquilar una en el barrio de Venice- ni tiene auto propio. Fuera de un departamentito en el área de Moreno Valley alquilado por 600 dólares al mes, no tiene ingresos. Y eso que con sus 232,000 dólares por año, es el alcalde mejor pagado de Estados Unidos.

Lo que lleva a quien el año pasado ejerció como presidente de la Convención Nacional Demócrata a buscar otros puertos. Un puesto de importancia y resonancia.

“Le pide a cualquiera y a todos un empleo en instituciones de investigación; piensa que puede enseñar en la Universidad de California Los Angeles (UCLA) o la Universidad del Sur de California (USC); le gustaría trabajar para Wall Street”, dijo Stewart en la entrevista.

Que el alcalde quiere ser gobernador es indudable. Mientras tanto, tratará de recuperar su imagen nacional líder para lograr una mejor colocación que le permita desarrollar esa candidatura. Pero el momento del anuncio - obviamente paralelo al final de su papel como alcalde - es obligado. En ese sentido, la seriedad de su propósito llama la atención. Porque si piensa postularse para 2014, hacerlo contra Jerry Brown podría ser insensato. Y si es para 2018, sería prematuro.

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