Reforma migratoria: opositores se reorganizan

Reforma migratoria: los opositores se reorganizan

La mayoría de los activistas migratorios coinciden en que la aprobación esta semana de la reforma migratoria, técnicamente llamada S744 en el comité de Asuntos Judiciales del Senado es un gran paso adelante para los indocumentados, aunque critican que a los así legalizados les llevará 13 años acceder a la ciudadanía o que no tendrán acceso a seguro médico.

Los promotores del esfuerzo legislativo – la “Banda de los ocho” (cuatro senadores por cada partido) se proponen ahora no perder tiempo y lograr la aprobación de la ley en el plenario del Senado en julio.

La importancia de la negociación es tal, que el jefe de la mayoría demócrata en la cámara alta, Harry Reid de Nevada, suspendió hasta después que se apruebe la reforma migratoria toda iniciativa conflictiva hasta julio, incluyendo el cambio de las reglas de votación - el “filibuster” - con el que los republicanos requieren 60 votos (de 100) para proceder a votación.

Pero a quienes piensan que con la aprobación en el Senado el camino para la legalización está despejado, la realidad podría asestarles un amargo golpe.

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La oposición a lo que los opositores llaman “amnistía” ya es intensa en la Cámara de Representantes. Hoy no hay allí mayoría para la S744.

Y el bando antireforma migratoria está devolviendo batalla. Se reorganiza, administra recursos, asigna tareas, colecta fondos, define objetivos, crece. No está muerto quien pelea.

En el esfuerzo proselitista abundan las diatribas y las victimizaciones, declaraciones veladamente racistas e incitaciones. Sí, como durante la campaña electoral que – pensábamos – terminó en noviembre pasado.

Por ejemplo, Ann Coulter, fogosa portavoz de este bando, escribe: “Los senadores Marco Rubio, Mitch McConnell, Lindsey Graham y John McCain están trabajando afiebradamente para convertir el país en México”, escribió, refiriéndose a los promotores de la reforma en ambos partidos.

Como si no alcanzara esta acusación de traición, el subtítulo de su columna es: “Invasión Estados Unidos” y el título: “¿Cuándo fue que votamos para convertirnos en México?”

“Hemos recibido a más inmigrantes de Guatemala, la República Dominicana y Colombia, individualmente, que de Inglaterra, nuestra madre patria”, protesta, agregando que hay 30 veces más inmigrantes mexicanos que británicos.

Si faltaran motivos para acusarla de racismo, está la siguiente perla: “¿Por qué no puede el país tener más o menos la misma composición étnica que siempre tuvo?”

Y si bien Coulter en el pasado era considerada “fringe”, perteneciente a los márgenes extremos y sin importancia, hoy es una importante formadora de opinión pública.

Sobre los inmigrantes “de antes”, los europeos, escribe que “nadie recibía estampillas de comida, cuidado médico gratis y vivienda para quedarse (y votar por los demócratas)”. Y continua, en un paréntesis: “quizás si tuviesen que trabajar (en lugar de recibir ayuda social GL) los inmigrantes no tendrían tanto tiempo para construir bombas”.

De la misma manera, como escribe The Hill, el congresista republicano de Iowa Steve King, veterano opositor de Obama, dijo la culpa de la elección del primer presidente negro del país… es la reforma migratoria de 1986, impuesta por Ronald Reagan, que llevó a la legalización de 3 a 4 millones de personas, quienes a su vez llamaron a sus familiares, totalizando 15 millones de nuevos ciudadanos que con el tiempo votaron mayoritariamente por Obama.

“Hay que admitir que la firma por Ronald Reagan de la amnistía del 86 nos trajo la elección de Barack Obama”, dijo en el Congreso.

Lo cual volverá a suceder ahora, si se legaliza y concede la ciudadanía a los indocumentados, implicó.

Finalmente, como dice ABC News, grupos de base republicanos se están reorganizando, precisamente para impedir una nueva amnistía como la de 1986, desde el sitio Remember 1986. El grupo se considera “una coalición no partidista compuesta por grupos de ciudadanos de base y proponentes de la seguridad en la frontera”.

“Su mensaje: la ley de 1986 no detuvo la inmigración ilegal y esta ley no lo hará tampoco”, escribe Ted Hesson para ABC.

El líder del grupo es Rusty Childress, propietario de una concesionaria de automóviles Kia en Phoenix, Arizona, dirigente del grupo United for Sovereign America (Unidos por una América soberana) y quien figura en la lista de “veinte líderes nativistas” compilada por el Southern Poverty Law Center, un respetado grupo de derechos humanos de la zona.

Otras organizaciones que se preparan para batallar la reforma migratoria son los sindicatos de empleados de asuntos migratorios, quienes tendrán a su cargo implementarla si se aprueba; grupos de antaño como FAIR, NumbersUSA y el Centro de Estudios Migratorios o CIS. Finalmente, conductores de programas radiales conservadores como Rush Limbaugh.

¿Alcanzará todo este poder para frenar la voluntad de legislar la reforma? ¿Es suficientemente fuerte la iniciativa de Los Ocho para superar estas vallas?

No se puede saber, pero se descubrirá en las próximas seis semanas.

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