Movimiento Tea Party retorna y ataca (FOTOS)

La hora del té: Movimiento Tea Party retorna y ataca (FOTOS)

La confesión, por parte del Servicio de Impuestos Internos (IRS), la semana pasada, de que entre principios de 2010 y mayo de 2012, sus empleados en Cincinnati, Ohio, dificultaron a organizaciones afiliadas al movimiento Tea Party la exención de impuestos correspondiente a grupos de ayuda social, amenaza con convertirse en uno de los mayores escándalos de la presidencia de Barack Obama.
Y está generando un renacimiento y fortalecimiento sin precedentes de este conglomerado más o menos amorfo de organizaciones regionales y conservadoras.

Ello sucede a pocos meses de que el votante estadounidense propinara al movimiento la mayor paliza de su existencia, con la fácil reelección de Barack Obama y la derrota de los candidatos del Tea Party, y cuando muchos comenzaban a pensar que éste sería el principio del fin de este movimiento populista.

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El Tea Party y sus representantes

¿Qué es el movimiento Tea Party?

La mayor parte de sus grupos originarios surgieron en 2009, con raíces a otros grupos previos, a partir de activistas del movimiento libertario del excandidato presidencial republicano Ron Paul y del apoyo a veces oculto de multimillonarios con intereses políticos, y en oposición a la propuesta de reforma médica conocida como Obamacare.

Sus principios son adherencia absoluta a la palabra de la Constitución de 1789 y sus enmiendas; apoyan un gobierno minimalista que no impida el flujo de la labor empresarial; eliminar los más importantes programas de ayuda social federales para reducir los déficits presupuestarios, que ven nefastos. Se oponen a la inmigración ilegal, expresando en muchos casos hostilidad contra los latinos, inmigrantes o no. Sus primeros organizaron milicias armadas que fluían a la frontera para cerrarla. Son fuertes en el Sur y fuera de las grandes ciudades. Consideran absoluto el derecho de los residentes a comprar y portar armas de fuego y aborrecen al gobierno de la Unión. Demográficamente representan al segmento blanco no latino, cuya proporción en la población está decayendo y se transformará en una minoría.

Obama es reelecto: la crisis

Las elecciones de 2012 fueron al mismo tiempo el momento de mayor apogeo y el inicio de la declinación del movimiento Tea Party. El punto máximo de su influencia fue durante las primarias presidenciales republicanas. Los candidatos, incluyendo a Mitt Romney, quien finalmente enfrentó a Obama en noviembre, repetían las mantras del movimiento aunque éstas contradijesen lo que ellos habían pregonado hasta aquel momento. Romney se reveló un adalid de la lucha antiinmigrante, abogando por la “autodeportación” de todos los indocumentados.

Pero la fuerte derrota que asestó Obama pareció ser demasiado. Es que los grupos Tea Party, aunque no consideraban a Romney como uno de los suyos, pensaban que iba a ganar y con ello su bando, porque se escuchaban a sí mismos denigrando a Obama, desconfiaban de las encuestas de opinión pública y – en esto los acompañaron políticos y activistas centrales del partido – fueron incrédulos a la hora de anunciarse los resultados reales. En la batalla por la presidencia, perdieron.

El golpe fue fuerte y hizo que las actividades de los grupos disminuyeran y las premisas políticas fuesen reconsideradas.
Uno podía pensar que las horas del movimiento estaban contadas y que una vez más se iba a imponer la política tradicional – y mucho más moderada – dentro del Partido Republicano.

Por unos meses, los activistas no tuvieron al elemento que más cohesiona a republicanos en general y gente del Tea Party en particular: la esperanza de que Barack Obama no sea más presidente.

La salvación

Pero ahora la esperanza ha renacido y el elemento de cohesión es tan fuerte como nunca. La crisis se está deteniendo y amenaza con revertirse. La fuente del cambio fue inesperada. En ayuda del Tea Party llegó una fuerza mucho más poderosa que ellos, quizás la entidad más poderosa dentro de Estados Unidos: el Servicio de Impuestos Internos (IRS).
La revelación se está convirtiendo, de un error local en un maremoto irresistible que ha generado ya audiencias – que serán prolongadas por cierto – en el Congreso, la renuncia del jefe del IRS, la apertura de investigaciones criminales y un momento de humillación para Obama.

Peligra también “Obamacare”, porque el IRS es el encargado de hacer que toda la población tenga seguro médico, a partir de 2014.

Esta es la salvación que esperaban.

Los reivindica. Los posiciona como víctimas del sistema. Los legitimiza como luchadores contra la injusticia y los excesos de poder. Les da un aura de invencibilidad cuando el IRS, que destruyó a la Mafia cuando la FBI no pudo, se replega.

“Este es un momento clave, para decir ‘les dije’”, explicó Katrina Pierson, una de las líderes del movimiento, con sede en Dallas, Texas, a Thomas Beaumont, reportero de AP.

Según la Associated Press, de una lista que compiló de 93 grupos del Tea Party investigados por el IRS, solo 24 tenían un presupuesto anual mayor a los 20,000 dólares.

La oficina del inspector general revisó 296 solicitudes que consideraba potencialmente demasiado políticas. De hechas, “108 fueron aprobadas, 28 retiradas por el solicitante, ni una fue rechazada y 160 seguían sin resolver en diciembre de 2012, en algunos casos después de tres años”. El total de organizaciones que pidió la exención fue de casi dos mil en el mismo período.

Ahora muchos de estos grupos se preparan para demandar judicialmente al IRS, mientras que sus representantes políticos prometen no cejar hasta las últimas consecuencias.

“De pronto hay muchas cosas que están empujando al dique”, dijo con regocijo Luke Rogonjich, dirigente del Tea Party en Phoenix, Arizona.

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