David Sal Silva, de 33 años y padre de cuatro hijos, dicen vecinos que presenciaron el crimen, lo prueban varios videos que sacaron con sus teléfonos celulares y entregaron a la prensa, fue muerto a bastonazos por ocho policías el 8 de mayo en Bakersfield, California.
Siete de ellos pertenecían al Departamento del Sheriff del condado de Kern y uno, según los informes, a la Patrulla de Caminos de California, que de hecho es la policía estatal.
¿Su "crimen" por el que mereció la muerte a palos? Supuestamente, quedarse dormido - o, dicen fuentes policiales, borracho - en la calle y que cuando los agentes lo despertaron y conminaron a que no se moviese, confundido, se sentó.
Todavía no existe una versión oficial de las autoridades, nada que borre la sensación de que éste ha sido un crimen colectivo por parte de fuerzas de la ley.
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Pero lo más sobresaliente del ya indignante caso es que además, los policías confiscaron dos teléfonos celulares en los que vecinos habían filmado la golpiza dada por ellos mismos.
La noticia fue publicada por medios locales y sin demasiada repercusión, lo que permitió a las autoridades defender a los agentes, devolverlos a labores y clamar inocencia al anunciar que entregarían los teléfonos al departamento de Policía de Bakersfield.
Pero el escándalo asumió proporciones nacionales después de que la publicara este martes el matutino Los Angeles Times. HuffPost Voces se hizo eco de la noticia, agregando las fuentes locales e inmediatas del hecho.
Ahora, un día después, , el Sheriff del condado de Kern Donny Youngblood cambió de posición y anunció que había sometido la investigación del caso a la Oficina Federal de Investigaciones, FBI. Otra vez, dijo, para que no haya percepción de que su departamento está cubriendo el crimen.
Pero podría ser demasiado tarde.
Según explica el Times en su edición de este miércoles,
uno de los teléfonos “no contiene filmación”, lo que despierta la posibilidad de quienes lo tuvieron en su poder vieron que era incriminante y lo borraron. A menos que no hubiese habido filmación desde el comienzo.
El celular en cuestión está ahora en un laboratorio federal.
En un comunicado de prensa, el Departamento de Policía de Bakersfield dijo que “confirmó la existencia de la filmación de video relacionada con este incidente en un teléfono y ninguna filmación en el segundo teléfono. Esto llevó a un requerimiento subsecuente de análisis ulterior por parte de la FBI”, después de devolverse los teléfonos al Sheriff.
En su propia conferencia de prensa, el Sheriff Youngblood pidió a la prensa paciencia. “Esto es preocupante. No es solamente preocupante para la población o para los medios. Es preocupante para mí”.
“¿Había o no había un video en el segundo teléfono? Espero en Dios que la FBI pueda darme una respuesta”.
El temor de que los policías borraran posible evidencia en su contra se barajó desde que varios agentes entraron a la casa de testigos y reclamaron posesión de los celulares, deteniendo por horas a los mismos y alegando que se trataba de importante evidencia.
Los testigos, así como la familia de Silva, se quejaron. Oficialmente, el abogado de la familia, David Cohn, expresó ese temor en una conferencia de prensa :“estamos preocupados por la confiscación de los videos... ¿los van a alterar? ¿los van a borrar?”
"Si estos videos no contienen nada culpatorio, ¿por qué no los comparten con la comunidad? ¿Qué tienen que ocultar?"
Si bien para confiscar propiedad la policía requiere de una orden judicial, al menos en uno de los casos el testigo afirma que ésta llegó después que ya le habían quitado el celular con la filmación.
Otro cambio generado por la difusión del hecho fue que Youngblood dio licencia a los agentes implicados, que anteriormente habían podido regresar a sus trabajos.
Pero no lo hizo para que no se repitan actos de violencia similares, sino para, dijo “asegurar la seguridad de sus agentes en las calles”. El Sheriff dijo a la prensa que se había recibido correos electrónicos con amenazas contra los policías y que era su obligación asegurarse que ellos y sus familias estaban protegidos.
La licencia es paga y con todos los beneficios.
La oficina de prensa del Sheriff había dado a conocer el lunes sus nombres: los agentes Ryan Greer, Tanner Miller, Jeffrey Kelly, Luis Almanza, Brian Brock, David Stephens y el sargento Douglas Sword.