IRS bajo ataque por discriminación contra grupos conservadores

IRS bajo ataque por discriminar contra grupos conservadores
The Internal Revenue Service (IRS) building stands in Washington, D.C., U.S., on Tuesday, Nov. 13, 2012. President Barack Obama expressed confidence that he and Congress would reach an agreement that will avoid the automatic spending cuts and tax increases that are scheduled to occur at the end of the year. The fiscal cliff is the $607 billion combination of automatic spending cuts and tax increases scheduled to take effect in January. Lawmakers are trying to avert the cliff to prevent a short-term shock to the economy and reach an agreement on long-term deficit reduction. Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg via Getty Images
The Internal Revenue Service (IRS) building stands in Washington, D.C., U.S., on Tuesday, Nov. 13, 2012. President Barack Obama expressed confidence that he and Congress would reach an agreement that will avoid the automatic spending cuts and tax increases that are scheduled to occur at the end of the year. The fiscal cliff is the $607 billion combination of automatic spending cuts and tax increases scheduled to take effect in January. Lawmakers are trying to avert the cliff to prevent a short-term shock to the economy and reach an agreement on long-term deficit reduction. Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg via Getty Images

Como si no hubiese terminado la campaña electoral presidencial del año pasado, con sus abismos de ataques personales y confrontaciones apasionadas, vino el escándalo causado cuando el IRS – el Servicio de Impuestos Internos o Servicio de Recaudación de Impuestos de Estados Unidos – reconoció haberse ensañado con grupos del movimiento Tea Party para dificultar su aprobación como entes libres de impuestos.

El furor que este caso de discriminación por parte de una de las agencias federales más poderosas contra grupos de opinión conservadores causa pertenece en primer lugar a grupos cercanos a los damnificados, que responsabilizan de ello al presidente Barack Obama directamente. Al mismo tiempo, hay consenso dentro de ambos partidos de que el hecho es repudiable, merece condena y aclaración.

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El presidente Obama trató este lunes de prevenir una catástrofe política y se explayó directamente sobre el caso, enfatizando su rechazo absoluto a la discriminación política del movimiento Tea Party y al mismo tiempo aclarando que la responsabilidad es de funcionarios individuales dentro de esa agencia gubernamental, y no de él.

Obama dijo que los informes eran “indignantes” e intolerables, aunque dijo que esperaría un informe completo de lo sucedido antes de actuar, escribió Sam Stein del Huffington Post.

“Si de hecho, el personal del IRS participó en este tipo de prácticas tal como se informó, dirigidas intencionalmente contra grupos conservadores, esto es indignante, no existe lugar para ello, y deben rendir cuentas por su responsabilidad, porque el IRS es una agencia independiente que requiere una absoluta integridad y la gente tiene que tener confianza de que las leyes se aplican de manera no partidista”, dijo el primer mandatario.

“Yo no tengo paciencia con eso, no lo toleraré, y me aseguraré de que encontremos exactamente lo que sucedió”, agregó.

La acusación contra el IRS, hecha pública el viernes, es de que cada vez que veía el nombre “Tea Party” o “Patriotas” en solicitudes de exención impositiva, les obligaba a llenar cuestionarios adicionales y proveer información extra.

Luego, durante el fin de semana, el Wall Street Journal amplió la información, descubriendo que la práctica provenía de 2011 en adelante y que no se limitaba a grupos en el extremo derecho del espectro político, sino que incluía a todos aquellos que consideraban, como parte de su razón de ser, criticar “los gastos del gobierno, la deuda nacional y los impuestos”.

La fecha es crucial, porque para la misma época, el entonces comisionado el IRS Douglas Shulman - nombrado a su puesto por el entonces presidente George W. Bush - afirmó ante el Congreso que tal discriminación contra los grupos conservadores – que ya en ese entonces levantaban el grito en el cielo – no existía.

La información, dijo el Journal, proviene del testimonio presentado por el Inspector General de la secretaría del Tesoro para Administración Impositiva a investigadores del Congreso. Sin embargo, agrega, no está claro del testimonio de quien es la responsabilidad por el agravio, aunque un funcionario del Tesoro que vio todos los informes anunció que es solamente de personas dentro del IRS.

El motivo de las audiencias fue una acumulación de quejas por parte de los grupos del Tea Party, de poderosa influencia en Washington, de que eran discriminados y que incluso “se les pidió la lista de sus donantes y otra información sensible”, dice el Journal.

A primera vista, hay común acuerdo en la clase política respecto a condenar lo que se le imputa al IRS. Pero mientras que los republicanos ven detrás de todo esto la mano de la administración desde el más alto nivel político, los demócratas piensan que se trata de una exageración del nivel burocrático de la agencia federal, sin mayores consecuencias.

Así, la senadora republicana Susan Collins demandó de inmediato que el mismo Obama se disculpara. “No creo que se trató de un par de empleados deshonestos del IRS”, dijo la representante del estado de Maine. “Después de todo, no hubo una acción similar contra grupos que tienen la palabra ‘progresista’ en sus nombres”.

Además, el senador republicano Marco Rubio demandó la renuncia del Comisionado del IRS, informó Sabrina Siddiqui del Huffington Post.

Aunque Rubio no mencionó su nombre, su portavoz Alex Conant dijo al HuffPost que “la carta se refiere al comisionado en ejercicio Steven T. Miller, quien era el segundo del comisionado para asuntos de servicio y cumplimiento de la ley cuando occurieron los hechos”.

Posteriormente, se unió a la demanda de Rubio el jefe de la bancada republicana en el Senado, Mitch McConnell.

Inició el escándalo el reconocimiento este viernes, por parte de Lois Lerner, quien encabeza la división de organizaciones exceptas de impuestos en el IRS, de que hubo efectivamente un esfuerzo concentrado por parte de funcionarios de la agencia para discriminar a grupos conservadores.

Lerner se refería a un grupo de empleados de la agencia que trabajan en las oficinas en Cincinnati, Ohio.

Por el momento, la crisis sigue creciendo. Se anticipan audiencias investigativas en la Cámara de Representantes y al menos en un comité – el de Finanzas – del Senado.

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