Minutos después del veredicto en que Jodi Arias fue hallada culpable de asesinato en primer grado por la muerte de su exnovio, la acusada dijo en exclusiva a la estación de televisión KSAZ de Phoenix que prefiere la pena de muerte que ser condenada a cadena perpetua.
El juicio entra ahora en una fase en que los fiscales deberán analizar la "fase de agravamiento" y si el asesinato fue un proceso que significó crueldad y sufrimiento extremo para la víctima. Tanto la defensa de Arias como la parte acusadora deberán presentar pruebas sobre la forma en que se ejecutó el crimen.
"Yo dije hace unos años atrás que prefería la muerte que vivir en prisión y hoy sigo pensando eso […] Creo que la muerte finalmente va a ser la libertad, por lo que prefiero tener mi libertad tan pronto sea posible", explicó Arias a la estación de televisión sin mostrar arrepentimiento por el asesinato de Travis Alexander, quien fue encontrado cinco días después en su departamento en Arizona con un tiro en la cabeza, casi decapitado y 27 puñaladas.
A partir de estas palabras, las autoridades decidieron colocar a Arias en una celda con máxima vigilancia y minimizar cualquier posibilidad que la lleve a cometer un suicidio.
Arias dijo a la estación de Phoenix que en el momento en que escuchó que era culpable de asesinato en primer grado "se quedó en completamente en blanco".
"Me sentí completamente aturdida, fue completamente inesperado para mí, no hubo premeditación de mi parte", insistió la mujer de origen mexicano.
"Lo peor para mí sería vivir esto en vida […] la longevidad es parte de mi familia por lo que yo no quiero pasar el resto de mi vida en un solo lugar".
Este jueves, Jodi Arias regresa a la corte de Phoenix, Arizona, donde el jurado determinará si se le aplica la pena de muerte o es condenada a cadena perpetua.
El juicio de Jodi Arias, de origen mexicano, se convirtió en uno de los más publicitados en Estados Unidos y atrajo la atención nacional por todos los detalles que implicó el asesinato de Travis Alexander el 4 de junio del 2008 y que implicaba a Arias como la principal y única sospechosa.
La mujer de 32 años admitió ante el jurado que sí disparó a su exnovio en defensa propia, pero que no recuerda haberle apuñalado 27 veces.
Los hechos ocurrieron en Mesa, Arizona y Jodi Arias sostuvo a lo largo del juicio que sólo se trató de defender de su novio, con quien mantuvo una relación violenta marcada por las amenazas físicas y verbales.
LA CARA DE JODI ARIAS EN EL MOMENTO DEL VEREDICTO
