Para ti, valiente madre soltera

Según estadísticas del Negociado del Censo de los Estados Unidos...

• En el 80% de las familias con uno solo de los padres, los jefes de familia son madres solteras
• 45% nunca se casaron con el padre de su hijo; 55% son divorciadas, viudas o separadas
• 25% son hispanas
• 25% son graduadas de universidad
• 84.1% tienen hijos menores de 18 años
• Las madres solteras hispanas que trabajan se ganan 53 centavos de cada dólar que le pagan a un hombre por el mismo trabajo.
• Solo el 33% recibe pensión alimentaria del padre de sus hijos y esta asciende a un promedio de300 mensuales
• Para trabajar, el cuido de cada niño les cuesta 38% de su salario; su vivienda les cuesta 32% de su ingreso

Dentro de este oscuro cuadro económico y a pesar de los estudios que revelan la necesidad del padre en el hogar, les ofrecemos a las madres solteras las siguientes guías para desafiar los pronósticos negativos de la crianza de sus hijos (as) y alcanzar un futuro feliz. Las compartimos también con las madres que, sin ser solteras, están criando solas aunque tengan en su hogar al padre de sus hijos. La historia pasada y presente demuestra que las madres solteras suelen ser mujeres valientes, inteligentes y formadoras de seres humanos excelentes.

1. Decide ser una madre balanceada, utilizando tus recursos espirituales, emocionales e intelectuales en la crianza de tus hijos.
2. Asume la autoridad sin miedo, sin pretender ser "madre y padre". Una madre firme, con la cabeza bien puesta sobre los hombros, es lo que los hijos necesitan. La falta del padre se quedará en sus mentes de todas maneras, pero los ejemplos masculinos pueden extraerlos de abuelos, tíos, de su padre si no los abandona totalmente o de tu próxima pareja si es adecuada.
3. No permitas que su padre biológico se interponga en tu relación con tus hijos. No entres en juegos psicológicos que él inicie ni lo mantengas presente en tu familia ni hablando mal sobre él. Separa tu relación con tus hijos de su relación con su padre. Tampoco descargues sobre tus hijos los corajes que te produzca tu ex pareja.
4. Ten claro cuál es el bienestar de tus hijos y cuáles son sus derechos, y defiéndelos con uñas y dientes.
5. Sería perfecto que los niños se relacionaran con su padre, pero si te consta que su seguridad está en riesgo, busca ayuda para que esas visitas sean supervisadas o se restrinjan al mínimo.
6. Examina tus criterios de selección de escuela y de las personas que los cuidan. Mantente pendiente de las conductas de tus hijos, su progreso académico y de lo que puedas hacer para colaborar en ambos. Todo el que trabaje con tus hijos debe sentir tu presencia.
7. Alienta y patrocina al máximo los talentos y logros de tus hijos. Cuando crías tú sola, ocurren varias cosas: tú tienes todo el poder creativo en tus manos y la interferencia externa es menor; también tienes toda la responsabilidad de hacer un excelente trabajo; si haces ese excelente trabajo, te aseguras tranquilidad presente y futura, y grandes recompensas. Lo disfrutarás el día que tus hijos tengan trabajos fabulosos, no necesiten tu ayuda económica y te inviten a cenar en el restaurante que te gusta o a viajar.
8. Tienes derecho a reiniciar tu vida junto a otro hombre, pero no le adjudiques el título de "papá", ni le transfieras autoridad hasta que tengas una relación firme de pareja y lo conozcas bien. Aún así, sé cautelosa. Tampoco invites a convivir con tus hijos a cada posible pareja. Eso crea confusión y problemas a corto y a largo plazo. Además, date tu espacio.
9. Aprende a vivir sola, a valorarte, a amarte a ti misma como adulto, antes de iniciar una nueva relación de pareja. Mientras tanto, sana las heridas para que no escojas una pareja similar a la que tenías.
10. Cuando vivas momentos difíciles con tus hijos, se enfermen, pasen por crisis, estés exhausta y no tengas más brazos ni energías para resolver, clama de acuerdo a tus creencias espirituales y recuerda que el amor de madre da fortaleza y fe. Llora si quieres y piensa que esa situación momentánea también pasará.
11. Ten presente que, a la larga, tus hijos se van de tu casa porque no te pertenecen. Si cultivaste una relación saludable y hermosa desde pequeños, te llamarán, te visitarán, te contarán sus planes y como madre, serás parte de ellos. Gritarás a los cuatro vientos que fuiste una madre soltera y triunfaste.

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