El Salvador: el verdadero costo de las remesas

El Salvador: el verdadero costo de las remesas

Por Claudia Marcela Marroquín

SAN SALVADOR - Anita de Zelaya es una madre que ha sido testigo del impacto que tiene la migración. Un día vio marchar a su hijo en busca de “mejores condiciones de vida”, rumbo a Estados Unidos, ya que tenía algún tiempo de estar desempleado. Ocurrió en 2002, cuando su hijo tenía 22 años. Han pasado ya 11 años de no saber de él: es uno de los miles de desaparecidos… pero no pierde la esperanza de encontrarlo.

“Yo, como madre estoy esperando que aparezca ese hijo que un día se me fue. Mi hijo tenía 22 años y tuve el último contacto en frontera Hidalgo y, en mi experiencia como madre, porque no sabía a dónde acudir, me fui con mis propios medios a buscarlo. Caminé toda esa parte que mi hijo había recorrido hasta donde yo había obtenido la última comunicación con él”, recordó la acongojada Anita.

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Si bien la migración tiene un impacto en la actividad económica del país: para el año 2012 el Banco Central de Reserva (BCR) registró un total de 3 mil 910 millones de dólares en concepto de remesas; estas son las cifras financieras, pero el costo humano, el lado social de la migración, son hogares desintegrados, muertes, asesinatos, violaciones, torturas y todos los riesgos que representa la ruta del migrante y que, muchas veces, no son visibilizados.

Según estimaciones del Viceministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, anualmente emigran de esta nación centroamericana, unas 55 mil personas; un promedio de alrededor de 150 diariamente.

Lo que comúnmente se habla en relación al fenómeno es el impacto que éste deja para la economía salvadoreña: las remesas. Pero se le da poco énfasis a la otra cara de la migración: los familiares que se quedan, los desaparecidos, los torturados, los asesinados, los secuestrados, los que pareciera –que al salir de su territorio- pierden sus derechos como personas, los que en busca de un “sueño” encuentran una pesadilla: el lado humano o inhumano de la migración.

Es por ello que Departamento de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) realizó el vigésimo noveno Foro de la Realidad Sociopolítica “Segundo Montes”, bajo el tema “El costo humano de la migración: somos más que remesas”.

El jefe del Departamento de Sociología y Ciencias Políticas, Roberto López, manifestó la importancia de ir “más allá de esa visión economicista”, en relación al tema.

“Para la gente migración y remesas es lo que importa, pero lo que importa es la vida de estas personas que están viajando y no logran llegar, es el lado más humano”, afirmó López.

El periodista Oscar Martínez, en su participación narró la experiencia que vivió –para realizar el reportaje denominado “Los secuestros que no importan”-, durante el recorrido de 28 días que hacen los migrantes de Centroamérica en busca del “sueño americano” y que resumió como algo “inenarrable”.

En su intervención se refirió a una de las rutas “más rojas” –más peligrosas- que toman los migrantes: la ruta de Tenosique (municipio del estado mexicano de Tabasco).

“Mucha gente sigue escogiendo esta ruta de Tenosique, yo creo que por profunda desinformación, si alguien supiera dos cuartas partes de lo que ocurre en el lado del Golfo, nadie elegiría viajar por ese lado”.

Al referirse a las condiciones de ese territorio, bajo el control de “una de las bandas más despiadadas del crimen organizado que ha surgido en los últimos 20 años en el continente americano que son los Zetas”.

También se refirió al procedimiento –que ya tienen identificado las autoridades-, de algunos coyotes salvadoreños, quienes entregan mujeres en la frontera de Tenosique para ser prostituidas en la ciudad de Reynosa, del estado de Tamaulipas.

Por su parte, Anita de Zelaya, del Comité de familiares de migrantes fallecidos y desaparecidos de El Salvador (COFAMIDE), hizo mención de las causas por las que se da la migración: reunificación familiar, violencia, amenazas y la búsqueda de mejores condiciones económicas. Así como también el tormento que viven los familiares de los migrantes.

“No solamente se vuelve víctima la persona que desaparece sino que también la familia… es bien fácil que cuenten sólo las remesas y no cuenten cuántas gentes se están perdiendo y el precio que está pagando nuestra gente”, dijo de Zelaya.

Además expresó que, según cifras de COFAMIDE, se calcula que en El Salvador cada día emprenden el viaje un promedio de 500 personas y que datos de 2011 arrojan una cantidad de 428 migrantes repatriados; sumado a 350 casos de migrantes desaparecidos que contabiliza el Comité desde el año 2006.

Por su parte, Lissette Campos, de la Red Regional Verdad y Justicia para Migrantes, explicó que las personas que emigran, además de ser víctimas de violaciones a los derechos humanos, se enfrentan a riesgos que tienen que ver con “causas naturales y no naturales”. Entre las que mencionó las condiciones en las que viajan y los riesgos en la salud.

Asimismo, hizo referencia a las deficiencias en la respuesta de los Estados ante el tema migratorio. ”En la parte de búsqueda no hay una instancia clara a la que acudir; no hay mecanismos institucionales eficaces para la búsqueda; si logramos localizar restos, los países no cuentan con mecanismos coordinados para la identificación; no hay protocolo la notificación de muerte”, puntualizó.

También dijo que la vivencia de las familias que tienen una persona desaparecida está reconocida como tortura y, en ese sentido, la necesidad de programas de atención integral, de acompañamiento psicológico se vuelve imperante.

Para finalizar, Jaime Rivas, catedrático del Departamento de Sociología e investigador del fenómeno migratorio externó que “las personas migrantes son más que emisores de remesas, son más que deportados, son quienes humanizan la migración”.

Agregó que el objetivo del foro es visibilizar a los tres actores que constituyen la parte humana de las migraciones: Los migrantes en tránsito, los familiares de fallecidos y desaparecidos en el camino y, por último, los que no alcanzar a llegar a su destino.

De los migrantes en tránsito dijo que son “presa fácil del crimen organizado trasnacional de las bandas locales y de algunas autoridades corruptas”.

“Los migrantes en tránsito, son los migrantes que no importan y no importan porque nadie o muy pocos se preocupan por ellos en el origen, en el tránsito y, no se diga, en el destino”, acotó Rivas.

Asimismo mencionó que “en el tránsito por el hecho de no portar unos documentos y desplazarse cobijados por el anonimato, la clandestinidad y la fugacidad, son objeto de todo tipo de agresiones y abusos”.

De igual forma se refirió a la cara que, usualmente, se muestra acerca del fenómeno migratorio: las remesas. “Los migrantes solo importan si llegan al destino tradicional, Estados Unidos y alimentan artificialmente la economía salvadoreña por la vía de las remesas”, señaló Rivas.

Además dijo que el recorrido que hacen los migrantes puede prologarse en el tiempo, a tal grado de convertirse en un “destino no planificado, pero preferible a las pésimas condiciones de vida que prevalecen el país de origen”.

El evento organizado por el Departamento de Sociología y Ciencias Políticas de la UCA buscó poner en el debate el fenómeno migratorio desde una perspectiva más humana.

Roberto López, jefe del Departamento manifestó que la temática es una de las que persiguen dentro de la agenda de trabajo, para darle seguimiento al aporte que hizo Segundo Montes –sacerdote jesuita y fundador del Departamento, asesinado el 16 de noviembre de 1989-.

“El tema de las migraciones siempre ha sido parte de las líneas de trabajo, porque queremos ser fieles y dar continuidad y actualidad al trabajo que Segundo Montes hizo en su momento. Él como fundador de nuestro Departamento nos heredó esa tarea y esa responsabilidad de trabajar el tema y, sobre todo, trabajar por los migrantes tomando un poco el llamado de ver el lado humano de las migraciones”, sostuvo López.

El Departamento, que cuenta con una diversidad de áreas de investigación: desarrollo rural, género, violencia social; está realizando un estudio acerca de qué pasa con las personas que no logran llegar a su destino, con los que se quedan o con aquellos que son regresados al país.

La actividad contó con la participación del periodista Oscar Martínez, la presidenta del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador (COFAMIDE), Anita Zelaya; Lissette Campos, abogada de la Red Regional Verdad y Justicia para Migrantes y Jaime Rivas, catedrático e investigador del Departamento.

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